N de nudo

1 de septiembre de 2009



"N de nudo" empieza muy filosófico, con una disquisición muy sesuda sobre la linealidad del tiempo, es decir, sobre la notable incapacidad que tenemos los humanos de prever el futuro y adelantarnos a las consecuencias nefastas de nuestros actos. El presente granítico, reflexiona Kinsey, nos protege "de los futuros errores con una ceguera inocente".
Pero después de ese esfuerzo cuasi metafísico nos relata su vida doméstica con Robert Dietz, al que cuida temporalmente por haberse lesionado una rodilla y al que espía también de forma metódica, pero sin resultados apreciables.
También lo atiborra con bocadillos de su especialidad, los de mantequilla de cacahuete con variantes. Y hasta, oh milagro, se atreve a cebarlo con pizza,comida china y las sopas Campbell´s,(más famosas por el arte por que por su contenido).
Cuando se deshace de Dietz, entre deseosa y apenada, investiga a un hombre, muerto de un infarto y que se alimentaba igual de mal que ella... La esposa del infortunado no sabe qué lo preocupaba en los últimos días de su vida y por eso ha contratado a nuestra detectiva. Kinsey bosteza y piensa que en realidad no hay caso alguno. Pero, como en tantas otras cosas de su vida (su alimentación, los hombres, la creencia en la inmortalidad de su casero Henry), se equivoca.

Sue Grafton, "N de nudo".Barcelona, Tusquets, 1999.

2 comentarios:

Francisco Ortiz dijo...

Me gustó esta novela, que léi hace ya algún tiempo. Y la relación con Dietz está bien llevada, sin muchos tópicos negro-duros ni negro-blandos.

HLO dijo...

Yo me las he leído todas. ¡Me encanta Kinsey!! (como personaje; como cuñada, no sé).