Ficción

16 de diciembre de 2009


Un turista visita la plaza de la catedral. Con disgusto comprueba que el lugar está ocupado por un acto político: el primer ministro del país está dando un mitin. De repente ve cómo se forma un tumulto: el primer ministro ha sido agredido y sangra abundantemente. Un perturbado mental le ha arrojado al rostro, desde una escasa distancia, un souvenir de plástico y yeso. Cuando lo detienen aduce: "Yo no he sido, yo no soy nadie".
El turista ha visto algo sorprendente pero no sabe si contárselo en a la policía.
Al día siguiente, una prostituta que acaba de publicar un libro sobre sus andanzas con el primer ministro pospone su presentación.

Bonito arranque para una novela negra ¿no?

1 comentarios:

Toy folloso dijo...

Las amantes del cacique de las televisiones, tal vez carezcan de la dignidad de las prostitutas...
¿Dije hola?.