Leído Brunetti

10 de marzo de 2011


Ya he acabado la novela de Donna Leon. Es cierto que arranca pausadamente. El descubrimiento del cadáver es morosamente narrado en un primer capítulo, con un personaje, además, que parece que va a tener protagonismo en la novela y no es así (yo he pensado que quizá sea un homenaje privado a una persona real; quizá la mismísima que le reccoge el correo a Donna Leon cuando se ausenta de Venecia). Luego parece que ni siquiera hay caso: todo (o casi) apunta hacia una muerte natural. Y sin embargo, Brunetti, con la tozudez que lo caracteriza, se empeña en ir hasta el fondo de la verdad. Ahora ¿qué verdad? ¿Qué culpables? Hay en esta novela una importante reflexión sobre la vejez, tampoco ausente en otras novelas del ciclo, pero que adquiere aquí una densidad sentimental importante.
(Un descuido imperdonable -creemos que de la traducción- es hablar por dos veces del "cuñado" de Brunetti, cuando en realidad quiere decir "suegro"; espero que se subsane el error en próximas ediciones -páginas 274 y 276).

En la ilustración, San Francesco della Vigna, cuya fachada fue diseñada por Palladio, y que se cita en la novela. Cf. Andrea Guerra, "La fachada de San Francesco della Vigna en Venecia". Palladio, Fundación La Caixa, 2009. Catálogo de la exposición celebrada en Vicenza, Londres, Barcelona y Madrid.

Donna Leon, "Testamento mortal". Barcelona, Seix-Barral, 2011

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por haber disfrutado tan rapidamente de Brunetti, Paola, Chiara, Patta y compañía.

HLO dijo...

JAMS: Bueno, es familia tan perfecta de Brunetti es lo que menos me gusta. Y en cuanto al vicequestore Patta, creoq ue ni su madre disfrutaría con él.

U-topia dijo...

Herminia, sólo he leído de Donna Leon, Libranos del bien. Me gustó pero no me cautivó. Tengo otra pendiente de leer.
A veces, me desborda la lectura...

Un abrazo.

HLO dijo...

Laura: hay que leer lo que le cautive a uno y ya está; el tiempo es tan limitado...Y como decía el otro ¿por qué perderlo haciendo deporte?. De modo que ni haciendo deporte ni leyendo lo que no te entusiasma; bastantes obligaciones hay al cabo del día.

Abrazos