El nombre de la cosa

30 de junio de 2011


No, no puede ser: no se pueden tomar los nombres en vano....Es decir, utilizar los nombres de personajes literarios para hacer una remezcla sin gracia alguna, bochornosa a ratos. En el penúltimo episodio de la serie "Los misterios de Laura" se utilizan los nombres de Guillermo de Baskerville y Adso de Melk (protagonistas, como todo el mundo sabe, de la novela de Eco "El nombre de la rosa") como (agárrense) fundador de una orden monástica y escritor de una biografía del de Baskerville....En fin, una birria.
Lo único que tiene cierta gracia en este epsodo es la relación entre el personaje de Lidia (la actriz Laura Pamplona, en la fotografía) y el impagable Cuevas...
Y es que, como decía Borges -y Luis Alberto de Cuenca nos descubre que ha debido saltarse la acentuación correcta para la rima-, en el nombre está todo contenido:

Si como el griego afirma en el Cratilo
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo.

"Los misterios de Laura". Serie de RTVE

Umberto Eco, "El nombre de la rosa". Barcelona, Lumen, 1984.

Luis Alberto de Cuenca, "El héroe y sus máscaras". Madrid, Mondadori, 1991.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si te fijas bien, muchos de los capítulos están inspirados en novelas más o menos conocidas, lo que me demuestra que, o las casualidades existen o en el equipo de guionistas hay algún lector compulsivo de novela criminal que no tiene reparos en adaptar lo que sea o tomar los elementos que necesite en cada momento. Es el caso del capítulo del que hablas, pero también el de el vecindario perfecto (similitudes con una novela de Giménez Bartlett), el del músico del otro día que pierde la memoria (lo adivinamos en casa casi en la primera escena, se parece mucho a una de Martin Suter).
La verdad es que me parece una serie bastante malota, con una Laura que siempre recibe la inspiración divina, un Martín cuya única función es echar una carrerita por capítulo y recibir un golpe en la cabeza cuando van a registrar un piso (en el que siempre, curiosamente, hay alguien buscando algo) y un Jacobo muy bien relacionado, porque llegar a comisario limitándose a colocar las esposas al detenido al final de cada capítulo...
Para colmo, adivino el nombre del culpable en los primeros 15-20 minutos, algo absolutamente anormal en un tipo despistado como yo, que no se entera de la misa la media casi nunca.
Y sin embargo, la veo. Qué cosas.

Interrobang dijo...

Jo! Ricardo no deja títere con cabeza, de hecho pienso como el y si no lo dije antes fue porque estabas tan entusiasmadacon la serie que me daba yuyu hablar de ello; pero ahora que se ha abierto el grifo...
;-)

HLO dijo...

Ricardo: sí, malota pero te la estás viendo entera y acabarás amando a esa desastrosa Laura -Colombo con botas- o, en su defecto, a la insoportable Lidia...Convendrás conmigo en que todo es cogerle cariño a un personaje (incluidos los propios).

interrobang: así se hacen las audiencias, divididas siempre entre gente que confiesa que lo ve y gente que sólo lo confiesa in extremis.