Releer a Canetti

12 de noviembre de 2011

El ocio es un fértil limo, decía Sinesio de Cirene. No puedo estar más de acuerdo. Sólo un ocio fértil, una dispensa de ttrabajos agotadores, extenuantes y gravosos para el espíritu, puede permitir la creación más libre o la lectura más enriquecedora.
Así volví ayer sobre los Apuntes de Canetti, en medio de la felicidad y la facilidad de comprensión que sólo un tiempo descansado puede dar. Los Apuntes son textos breves, de una extensión variable, que Canetti escribió a lo largo de su vida. Van desde el aforismo hasta el párrafo más o menos extenso. En ellos, sin más orgnización que la cronológica (están agrupados por los años en que fueron escritos), el autor da rienda suelta a sus temas favoritos. Uno de ellos es la muerte, o más bien la rebelión ante ella. Canetti muestra un feroz apego a la vida y así michos de estos pueden leerse como una visceral reacción, no sólo ante su obligatoriedad, sino ante la humillación que provoca en el hombre. Así escribe que lo importante es no cejar, "no perder nunca los ánimos frente a ella y execrarla moralmente incluso en medio del dolor".
Con todo, al hilo de lo que decía al principo, uno de mis favoritos es éste: "Si él hubiera aprovechado el tiempo, no habría llegado a nada" (pág. 83).
Lo dicho: hay que saber perder el tiempo. La ociosidad es sabiduría.

(Como ilustración, he elegido La caída de los ángeles rebeldes. de Brueghel; un fragmento de esta obra forma parte de la portada del libro).

Elías Canetti, "Apuntes II". Obra completa VIII. Prólogo y edición de Ignacio Echevarría.
Barcelona, Debolsillo, 2008. 












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