El sexo invisible

19 de febrero de 2012

¿Queréis leer algo diferente? Pues allá va este ensayo un poco especial. Aunque no tiene un arranque especialmente brillante, el planteamiento sí que lo es. Parte del descomunal desconocimiento de esta parte de la anatomía femenina, empezando por las mujeres, pero siguiendo con eximios anatomistas hasta hace bien poco tiempo. A pesar de ese "anillo de Giges" que la ha invisibilizado, la representación plástica de la vulva no deja de estar presente en culturas tan distantes como la cristiana medieval, la griega clásica o la hindú. En el diccionario bizantino por antonomasia, la Suda, del s.X d. C., se nos dice que la letra delta, la de forma triangular, alude no sólo a la primera letra de la diosa Deméter sino a la común representación de la parte exterior de los genitales femeninos...
 El subtítulo de la obra -lo sospeché antes de consultarlo- no está presente en el original y ciertemente despista al lector, ya que parece aludir a una convulsión histórica concreta cuando más bien se trata de rescatar elemntos visuales y simólicos presentes a través del tiempo, si bien con especial agudización en nuestro tiempo. Muy esclarecedora es la parte dedicada al striptease, que se inicia con su precursora neotestamentaria, Salomé. El libro  tiene curiosidades tan estupendas como la de Gypsy Rose Lee, stripper intelectual: voraz lectora, su ideología izquierdista le hizo apoyar al Frente Popular en la difícil coyuntura española de 1936...

Mithu M. Sanyal, "Vulva. La revolución del sexo invisible". Barcelona, Anagrama, 2012                                                                                                                                                                                                          

2 comentarios:

Anna Devert dijo...

Me alegra haber encontrado tu blog y justo en esta entrada. Parece un libro muy interesante: rescatar de la invisibilidad esa parte tan importante de la anatomía femenina. Si ya la representaban nuestros antepasados, en pinturas y grabados, en los abrigos y cuevas donde se refugiaban.
Te agradezco mucho la información. Me va a ser muy útil en mi intento de visibilizar las huellas de la mujer a lo largo del tiempo.
Me encanta, además, la novela negra. Si me permites, voy a seguirte a partir de ahora.
Un abrazo.

HLO dijo...

Encantada, Anna. Y bienvenida.

Otro abrazo