Gran Vilas

9 de junio de 2012

   Como señaló Aurora Luque en la presentación del poemario, cualquiera que viese un libro en el que en el título se repite el apellido del autor antecedido por la palabra "gran", saldría huyendo. No es necesario en este caso: aquí hay mucho humor, mucha frescura- aunque también soledad y dolor y miedo ante la muerte-, en absoluto egolatría ni engolamiento ni engallamiento.
El autor disfruta leyendo sus poemas y eso se nota. Nos deleitó leyendo La España de la Transición, El alcohólico, Cambrils, Vilas y Velasco, El Españoleto o esa fantástica Ciudad Vilas donde todo es posible, incluso que allí vivan -felizmente casados- el conde de Montecristo y madame Bovary.
  Como señaló el autor, ha salido indemne de la proeza de titular obras suyas "España" o "Amor. Poesía reunida". No nos cabe la menor duda de que también sobrevivira a este "Gran Vilas". Incluso habiendo cerrado su libro con un poema titulado The end en el que imagina su propia muerte a los ochenta y nueve de su edad, perfectamente lúcido e iluso a la vez, bienhumorado, con su toque gamberro como el mismísimo Gran Vilas -no sé si el literario o el real.
   Como se lee en el poema más breve del libro titulado Vilas forever, "Euforia y longevidad/cadena del amor". Eso, Vilas en estado puro en cada uno de sus poemas, Vilas humorístico y tierno, eterno y aferrado a la tierra y a sus palabras siempre.


(En la fotografía, Manuel Vilas y Herminia Luque Ortiz).

Manuel Vilas, "Gran Vilas". Madrid, Visor, 2012.

Centro Andaluz de las Letras, Málaga. 8 de junio de 2012

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