Salud y consonantes

27 de marzo de 2013


En algunos correos electrónicos, como fórmula de despedida, he decidido utilizar la de "salud y consonantes". La he tomado de un personaje de la novela de Luis Vélez de Guevara "El Diablo Cojuelo". Dicho personaje -don Cleofás-, se dirige a un auditorio de poetas y cierra su saludo  inicial con estas palabras.
  Lo de "salud" parece obvio, siendo uno de los bienes más preciados que puede tener el ser humano, casi la condición para el disfrute de otros posibles bienes. Pero las consonantes, ah las consonantes, el bien más preciado para un escritor. Porque las vocales, ellas solas, pueden no ser más que simples interjecciones -tan simples, que en español les ponemos una hache de acompañamiento. Y suelen expresar emociones más o menos elementales (sorpresa, dolor, desencanto;oh, ay, ah ) o servir de apelación (eh, sí, tú, lector).
  Por eso nada mejor para alguien que se dedique a las letras que eso, abundancia de consonantes: letras y sonidos que suenen y signifiquen, aunque necesiten, claro. el concurso de las vocales.
  Que no falten las consonantes. Y la salud y ganas de pegar una detrás de otra.

 Luis Vélez de Guevara, "El Diablo Cojuelo". Edición de Enrique Rodríguez Cepeda.
 Madrid, Cátedra, 2007.

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