Esferas de cristal

20 de agosto de 2013

Qué diferencia a un escritor excelente -o un pintor excelente, o un científico excepcional- de otro que no lo sea. Sin duda la creación de un universo propio, indiscutiblemente propio; un mundo que no coincide con exactitud con el que es reconocible por todos pero que posee una densidad y una viveza superiores, un orden inmensamente más rico y misterioso que el que le es dado reconocer y describir al común de los mortales.
Irène Némirovsky sin duda es una de esas criaturas visionarias que llegan a la excelencia desde expedientes ordinarios en apariencia pero ligados por una pericia inmensa y ensamblados por una imaginación fértil. Consigue así la creación de un mundo personal y universal a la vez; una esfera de cristal abarcable como una manzana, que cabe en la palma de la mano, pero que a la vez es esfera celeste, otro mundo que persiste, incólume, más allá de este mundo lábil y perecedero en el que un día destruye al que le antecedió y con él su labor y su fruto.
En "Los perros y los lobos" Némirovsky nos lega un mundo encerrado en una bola de cristal, un mundo perdido y a la vez recuperado todos los días, cada día por quien lea las peripecias de esa niña judía, Ada, y su infancia en una población ucraniana de principios del siglo XX  sacudida, para vergüenza de la humanidad entera, por periódicas persecuciones de judíos o progromos. Una novela en la que cada elemento dramático queda reforzado por el drama extremo -y externo a la propia dinámica de la obra- que supuso la Segunda Guerra Mundial y la Shoah, así como el asesinato de la autora en el campo de exterminio de Auschwitz, pero que a la vez es más que eso, algo más que pura tragedia: es el triunfo de la imaginación por encima de cualquier humillación, de la vejación más espantosa que es el asesinato; el triunfo, la eternidad de esas esferas de cristal que contienen y explican a la vez -mágicamente- el mundo.

(En la ilustración, un cuadro del pintor Marc Chagall -1887-1985)


 Irène Némirovsky, "Los perros y los lobos". Barcelona, Salamandra, 2013.









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