Matute-Caperucita

30 de junio de 2014








Precioso artículo el que ha escrito Guillermo Busutil sobre Ana María Matute -hiperescritora, hiperniña, hiperresiliente ante todo. Vencedora de la desgracia y de la muerte -a través de su literatura-  también.

El artículo de Guillermo podéis leerlo aquí:








El funeral de la Matute

28 de junio de 2014



  Cerca  de ciento cincuenta personas asistieron al funeral de Ana María Matute, dice el periódico El País en su versión digital. Más de doscientas, aseguran, piadosas, otras fuentes....Menos que en cualquier entierro de pueblo, en cualquier entierro de uno de sus vecinos. Los periódicos, eso sí, citan entre los asistentes, a algún conseller, a editores,a  escritores ignotos (así deben serlo para los redactores, pues en algún medio he leído "Pere Gimferré", sic)....No he leído que haya asistido ningún ministro ni representante de la Corona ni de otras altas instancias (la Corona, eso sí, mandó una corona...de flores).
 Con este homenaje "multitudinario" honra este país a una de sus escritoras más ilustres, ninguneándola en la última ceremonia con su cuerpo aún sobre la tierra...Muy ilustrativo de lo que le importa a este terruño la literatura y quienes la escriben.
 Luego se dice, cínicamente, que el mejor homenaje que se le puede hacer es leer su obra. Pero los escritores también son de este mundo y nacen y comen y mueren en este mundo; un mundo hecho de calor humano y de indiferencia -está visto- también.

Barroco

21 de junio de 2014

  El jueves pasado, mientras desayunaba, escuchaba en la radio las previsiones del día: la celebración del Corpus -con procesiones en ciudades como Sevilla o Granada-, la proclamación de un rey, con invitación incluida del Ayuntamiento de Madrid a que los habitantes de la villa engalanasen sus fachadas para así honrar mejor al nuevo monarca; los ecos de no sé qué desastre nacional en Brasil que las gacetas y los corrillos de paisanos glosaban con total acritud...
  En realidad, pensé, no ha pasado tanto tiempo desde los fastos efímeros -pero tan duraderos- del Barroco. Seguimos siendo un reino, con Corona e Iglesia triunfantes; con un pueblo amante de los espectáculos más que de cualquier otra cosa -ya sean espectáculos religiosos, regios o deportivos.
 Y las crisis, como siempre, -crisis política, crisis no sólo económica sino de modelo productivo; crisis de una sociedad que apenas puede llamarse ya del bienestar- se disimulan o se olvidan, directamente, bajo esos mantos de espectacularidad.
La sociedad del espectáculo que padecemos -del simulacro la llaman otros. no es vargallosista, ni guydebordiana sino barroca. Completamente barroca. El Barroco está, querido Quevedo, incrustado en este país hasta la medula.Y apenas ha ardido aún.

Príncipe de las letras

4 de junio de 2014


 John Banville -a quien tuve la suerte de conocer en Madrid este mes de febrero pasado- es el nuevo premio Príncipe de Asturias de las Letras. Quizá el último, si el premio pasa a llamarse a partir de ahora "Princesa de Asturias"....De todas formas, él es un auténtico príncipe de las letras, con premio o sin él.
 (La que está de espaldas en la foto soy yo, lo juro).