Double indemnity

24 de julio de 2009




Hasta que llegó Madonna y se declaró "la ambición rubia", esta pasión estaba muy mal vista. Y ser ambiciosa y rubia, peor todavía. Claro que siempre será mucho peor ser una inductora al asesinato...La señora Nirdlinger (Barbara Stanwyck en la pantalla) lo tiene todo: avaricia más que ambición, el cabello teñido de rubio y la sangre fría para urdir un plan con el que un cretino acabará con la vida de su marido. Así quedará como beneficiaria de un sustancioso seguro de vida...
La señora Nirdlinger (Phyllys para los amigos, si los tuviera)no calculará sin embargo que las pasiones humanas no son fáciles de hacerlas encajar en tan diabólico proyecto.
Billy Wilder llevó la novela a la pantalla con una actor con cara de cartón piedra y una actriz que ni siquiera es una belleza. Y a pesar de todo, el filme funciona. La edición del libro que manejo es una edición barata, de un papel pésimo, con la pegatina del tres por dos de un centro comercial en la portada; bueno: menos da una piedra.

James M.Cain, "Pacto de sangre". Madrid, Punto de lectura, 2007.

2 comentarios:

Francisco Ortiz dijo...

Gran película. Ya decía, por otra parte, Marlowe que le gustaban las rubias no del todo claras. Un abrazo.

HLO dijo...

En mi opinión, el cine comenzó una lenta decadencia en los años 50, aunque todavía las películas de esa década se pueden ver.

Un abrazo.