Moda otoño

13 de septiembre de 2010


"Moda otoño: lo moderno es ser clásica" reza una revista de modas en su portada. No puedo estar más de acuerdo. Por eso hay que volver a los clásicos, ya sean los del siglo áureo, los del XVIII o mis queridos decimonónicos. Eso sí, a ser posible en buenas ediciones, como la que hoy traigo a colación.
El epistolar es un género muy típico del Siglo de las Luces e incluso el anterior, sobre todo en Francia. Yo conocía los epistolarios de Madame Du Deffand (sólo a través de Benedetta Craveri), las "Cartas a Sofía" de Rousseau (en Alianza), la correspondencia de Madame du Châtelet (en Feminismos, de Cátedra, a continuacón del "Discurso sobre la felicidad"), el "Epistolario inglés" de Voltaire, las "Cartas desde Estambul" de lady Wortley Montagu (ésta sí británica) y como modelo y precedente quizá de todas estas compilaciones de cartas, las "Cartas a mi hija" de Madame de Sévigné (publicadas en español por Muchnik editores).
Las cartas diderotianas están dirigidas a Sophie Volland. Una mujer a la que ama apasionadamente. Aunque las circunstancias son algo peculiares: Denis Diderot (el alma mater de la Enciclopedia) está casado y tiene ya cuarenta y un años, una edad más que respetable para la época (más aún si tenemos en cuenta que hasta en la dulce Francia ésa era más o menos la esperanza del vida en el Ancien Régime). Su amada, treinta y nueve, pero como soltera que está, se halla bajo la férula de su madre.
Esta relación, como quizá no podía ser de otra manera, se fue transformando en una relación menos apasionada y más intelectualizada. Las cartas se convierten así, tanto en testimonio de una particular liason, como en una crónica de la época y hasta en el diario que nunca escribió Diderot.

Denis Diderot, "Cartas a Sophie Volland". Edición, prólogo y notas de Laurent Versini. Barcelona, Acantilado, 2010.

6 comentarios:

Noemí Pastor dijo...

Ji, ji. Ya sé qué revista es, porque me ha tocado una suscripción en una tapa de yogur. Y no es broma. Hace años me tocó a Cosmopolitan. ¡Lo que aprendí!

Paco dijo...

Y LO CONTENTOS QUE ESTÁN los malagueños con su santo... con eso y con los cinco goles del Málaga, ya son felices, más que si les tocara la lotería... ahora Don Francisco de la Torre tiene que tomar ejemplo, dejarse barba blanca y dentro de 50 años canonizado, ya que seguro hay por ahí algún milagro que adjudicarle...

Índigo dijo...

Ay, compi, qué bien lo cuentas, dan ganas de leérselo todo, todo, todo...
Un besote

HLO dijo...

Noemí: Hay que leer esas revistas..aunque sea para no leer las entrevistas a las escritoras...

Paco: Hum, este comentario me parece que corresponde a la entradilla anterior.

Índigo: Pues claro que sí. Y todos los libros juntos no cuestan ni lo que vale medio centímetro de tacón Manolo Blahnnik...

Pike Bishop dijo...

Siempre pensé que las únicas cartas interesantes eran las que te dejaban soñar con un poker de mano.

Esta vez me fiaré de tu criterio.

HLO dijo...

Pike: de verdad que son un placer estas cartas.