Cabello de ángel

28 de octubre de 2011


Es ésta una deliciosa novela. No sólo por su título, que alude al dulce hecho a base de calabaza y azúcar, sino porque narra las dulzuras del amor, de un amor concreto y real. La historia es mínima pero está contada con sutileza, con todas las gradaciones que la pasión amorosa puede adquirir en los sujetos que la viven, con todos los símbolos privados que cifran esos sentimientos: el olor de una panadería, la mesa 11 de un restaurantillo, el cine, que, como la verdad, no envejece (pág. 17)…
Sobre todo, esta novela es una teoría de las segundas oportunidades. La vida está llena de ellas y el autor lo sabe. Pues sabe que la felicidad es un rubro bajo el que toda vida puede acogerse si no se desdeñan los oportunos milagros que, bajo la forma de un encuentro fortuito o cualquier otra circunstancia banal, se nos ofrecen.
El autor, Mark Salter, por cierto, prefiere el anonimato y sólo nos da unas pocas pista de su existencia en la solapa. Pero sabemos de él por lo que desgrana en el relato. Como dice el personaje masculino, Bruno, de su mesa favorita del restaurante, esta novela contiene también “las coordenadas de longitud y latitud de su intimidad” (pág.38), la del autor, convertida, felizmente, en  literatura.
Una novela, en fin, no para quienes busquen acción y misterio en el sentido ordinario de los términos, sino para quienes prefieran la acción amorosa y el misterio de las emociones.

(En otro orden de cosa, me parece muy acertada la idea de la editorial de incluir en la parte inferior de la portada, a modo de faja perenne, opiniones críticas de libreros. Que, al fin y al cabo, son los mejores mediadores entre libros y lectores, como en otro sentido también lo son los blogs de literatura…)

Mark Salter, “Cabello de ángel”. Barcelona, Plataforma, 2011.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has animado a leerlo. Saludos

HLO dijo...

Estupendo, JAMS, eso es lo que pretendo, animar a la lectura, lo más hermoso del mundo.

Un abrazo