El evangelio de Venus

6 de marzo de 2013

Que hasta esa absurda actividad en la que veintidós adultos jóvenes corren detrás de una pelota por un impoluto césped determine el horario de las presentaciones de libros, es algo más que lamentable. Sospecho que por eso, en lugar de la hora habitual de las ocho, ayer se adelantó a las siete y media la presentación de la novela de Alfonso S. Palomares.
Julio Neira hizo de maestro de ceremonias, es decir, presentó, animó el diálogo con sus observaciones y preguntas e invitó al público a hacer las propias. Hizo notar, por ejemplo, la presencia en el libro de un Ovidio sorprendentemente vivo en una época tan lejana todavía  (finales del siglo IX, principios del X) en la que el Renacimiento aún queda lejos.
Alfonso S. Palomares contó divertidas anécdotas sobre la génesis de un libro que ha demorado su salida más de cuarenta años...Más que un libro era una afición, nos dijo. Leía todo lo referente al tema con la voracidad de una novela; es decir, libros como el de Indro Montanelli sobre la Italia de los siglos oscuros o crónicas como la de Liutprando de Cremona -autor al que accedió a través, nada menos, que del memorable Leonardo Sciascia, quien le facilitó el libro. 
La novela gira en torno a tres personajes femeninos, los de Teodora, Marozia y Ageltrude de Spoleto . Mujeres que ansían el poder y lo ejercen sin tapujos, lo mismo que hacen gala de una sensualidad escandalosa para los cronistas de la época. Un poder, en este caso, que es el de los mismísimos Papas de Roma, a los que manipulansin el menor recato.
Como se lee en la cita de Benedetto di San Andrea, puesta al comienzo de libro, "Roma fue subyugada por manos femeninas, como leímos en el profeta: las mujeres dominarán Jerusalén".
(Y los hombres el fútbol, me digo yo para mi coleto).


(En la fotografía -cortesía de Francisco Martín Cobos- Julio Neira y Alfonso S. Palomares).


Alfonso S. Palomares, "El evangelio de Venus". Barcelona, Edhasa, 2012.

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