Por qué. me pregunto, algunos lectores se reservan para el verano las lecturas más tontas, los libros más chapuceros escritos por autores inhábiles, los pseudonovelistas más vergonzantes. Como si las altas temperaturas fuesen la coartada para deleitarse con cosas que, por poner un ejemplo, nunca diríamos que son nuestros libros favoritos si nos lo preguntara un encuestador o un periodista radiofónico.
El calor no autoriza la tontería. Es más, el verano procura tiempo, el horizonte perfecto para perderse en la montaña mágica o entre la toga de Virgilio.
El calor no entontece. Antes bien, nos hace crepitar las neuronas, que están más excitables y más aptas para todo tipo de sensaciones. Las literarias incluidas.
Lecturas de verano
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11 de agosto de 2010
Publicado por HLO en 16:39
Etiquetas: libros lectura
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3 comentarios:
Ummm, a mi el verano me aletarga un poco ehhh... pero tienes razón en lo que dices. Yo, reservo los libros de muchas páginas para el verano, les puedo meter mano con más facilidad, pero leo con el mismo criterio en cualquier estación del año.
Por decir algo, el personal igual no quiere sino lecturas intrascendentes que no le hagan pensar..., no sé... ¿Tú qué crees?
Sí, yo creo que es más lógico hacerlo al revés, dejar las lecturas "arduas" para que se tiene más tiempo. Precisamente, ha sido este verano cuando yo he descubierto a Mann.
Laura Uve: Sí, yo creo que son excusas.Tan tontas como esa de : no tengo tiempo de leer...
Así hablo Spotglisten: Enhorabuena. Mann (supongo que Thomas) es un escritor excelente. Yo me quedo con "La montaña mágica".
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