Lunares

10 de julio de 2013

Lunares: la belleza tiene lunares, irregularidades. La perfección formal no existe, tan sólo es un ideal platónico, es decir, un ideal tiránico  completamente ilusorio. No, la belleza formal -la literaria- por supuesto puede existir, pero no sin lunares, sin abigarramientos inexplicables o con faltas notorias. Sólo lo perfecta, redondamente malo es perfecto.
Qué distingue, entonces, una obra literaria buena de otra mala. La tensión, el lanzamiento inequívoco hacia una diana estéticamante reconocible, un propósito de belleza indudable, una poética trabajada de forma concienzuda, tesonera -la inspiración apenas es una vaga figura literaria, un tropo, un coger las hojas en vez del rábano. Después de todo es posible que la belleza resida, más que en ningún otro sitio, en los lunares.

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