Regalar el mundo

22 de diciembre de 2011

El mundo está en los libros. Todos los mundos, el mundo. Todos los mundos posibles y los imposibles también.
Los libros no sólo contienen una obra literaria sino una literatura y una lengua. Y un mundo -mil mundos- con todo su espesor sensible y cognoscitivo.
Regalar un libro no es regalar la luna, un lugar árido y mudo, es decir, nada; es regalar el mundo vivo y lleno de cosas de los humanos. Los libros contienen el mundo y a la vez son lo mejor de ese mundo, de las mejores cosas al menos, en las que puede invertirse el tiempo, el esfuerzo, el placer y el dinero.
Regalar el mundo no es un acto irreal o pretencioso, sino un acto certísimo y lleno de generosidad.
Regalar un libro es regalar el mundo, un mundo, el mejor mundo posible.



Crisis

17 de diciembre de 2011

No, no me ha gustado la última entrega de Jaritos. En primer lugar, el tema y el contexto (la crisis económica y sus orígenes en el sector bancario) son tan obvios que requerían un cuidado exqisito en su tratamiento, cosa que no se ha conseguido, cayendo en la demagogia más fácil. Pues quién no esbozaría una sonrisilla si, en medio de la catástrofe económica que pagamos los de a pie, los causantes -banqueros e integrantes de agencias de calificación- empezaran a caer como cerdos degollados.
En segundo lugar, se halaga al lector español de la manera más zafia, utilizando el fútbol como un reclamo  espurio (suponiendo, claro, que a todos los españoles lectores le gusta el fútbol y se pusieron contentísimos con algún mundial que hubo no hace mucho).
En tercer lugar (no quiero hacer sangre y por tanto no usaré calificativos) no hay ningún personaje que me guste especialmente, con el que pueda sentirme mínimamente identificada. Y esto es básico en una novela que busca la serialidad, la "fidelización" del cliente-lector a lo largo de varios títulos.
En cuarto lugar, la resolución de la trama me parece inverosímil, uniéndose a otro tema (que no desvelaré) pero en principio sólo tangencialmente relacionado con el tema de la crisis económica provocada por determinados agentes del sistema financiero.
Y en quinto lugar, la razón más contundente, es que me he aburrido transitando por una Atenas de tráfico infernal, con unas tediosas explanaciones de economía y con el tema futbolero, que detesto cordialmente. Y, creedme amigos, en tiempos de crisis hasta yo (compulsiva compradora de libros)  siento que hay que pensar un poco dónde se deja uno los euros a la hora de elegir un libro. Preferentemente, opino,  en uno que sea de literatura.

Petros Márkaris, "Con el agua al cuello". Barcelona, Tusquets, 2011. 


Literatura sin más

12 de diciembre de 2011

Cuando una novela supuestamente dirigida a un público juvenil puede ser leída, como ésta,  con tanto placer por un adulto, estamos ante una obra literaria  sin más. Flaco favor le hacemos colgándole el recortado adjetivo de "juvenil" pues privamos a segmentos enteros de público lector de una obra maravillosamente escrita.
Posee esta novela un atinado equilibrio entre el viaje interior y la aventura exterior, la que nos llevará hasta la exótica Laponia de los sombreros de los cuatro vientos y los teléfonos móviles de última generación...
Es cierto que la novela se atiene a las convenciones de un género destinado a la franja de edad adolescente (protagonistas adolescentes, aventura con enigma a resolver, padres como elementos secundarios, ausencia de sexo explicitado). Pero a ello se añade una hondura psicológica que hacen de esta narración un auténtico bildungsroman, una novela a la vez de crecimiento personal y de viaje iniciático. Daniel, nuestro protagonista  emprende un viaje hacia la norteña Finlandia. Un norte que resultará ser el de su propia madurez. Al final de su aventura habrá madurado, aunque sin rupturas evidentes e incluso sin que él mismo sea del todo consciente. La muerte, cómo no, cobrará también su ominoso peaje en el proceso.

Pedro M. Domene, "Conexión Helsinki". Sevilla, Algaida, 2009. 





Con el agua al cuello

10 de diciembre de 2011

Un bonito error tipográfico convierte casi en joven promesa literaria a Petros Márkaris (sitúa su nacimiento en 1973). Es que hay solapas que parecen redactadas por el mismísimo demonio...Qué manera tan simple de arrebatarle experiencia vital y dignidad literaria con un sólo golpe de tecla (bueno, dos: han bailado las dos últimas cifras). Y es que la novela requiere experiencia, un poso de experiencias ya diferenciadas del presente al que se dirige el escritor, un futuro para él, y que no es, no podrá ser jamás, el tiempo de la escritura (el libro está irremediablemente escrito en un tiempo determinado, pasado siempre). Las nuevas tecnologías podrán acortar hasta lo impensable el lapso de tiempo que media entre el escrito y el lector pero no abolirlo por completo. El tiempo del escritor es siempre el pasado. Y cuanto más rico sea, más dilatado por las vivencias (no sólo por los años pero también por los años), en posición más ventajosa estará para ejercer su creatividad.
Pues la creatividad no nace de la nada, es un ars combinatoria,un arte que surge de la mezcla de muchos, variados e inesperados (también) ingredientes.


Petros Márkaris, "Con el agua al cuello". Barcelona, Tusquets, 2011.

Prótesis

8 de diciembre de 2011


Podéis leer una crítica de "El códice purpúreo" de la mano del siempre estupendo Luis de Luis
http://www.revistaprotesis.com/2011/12/el-codice-purpureo-herminia-luque-ortiz.html

Contraportadas

Sí, tiene razón mi amigo Guillermo Busutil: hay contraportadas manifiestamente mejorables. Y acabo de encontrar una mala, pero mala de verdad. En primer lugar, se salta toda referencia a las primeras sesenta páginas que son en esta novela una especie de pórtico con el que cobra significado lo que viene a continuacón. Es decir, el "manuscrito encontrado", el texto que se acoge a este artificio literario y que constituye el grueso de la narración, adquiere otro significado a raíz de esa, en apariencia, banal estancia en un hotelito de montaña en el que sólo llueve en vez de nevar como correspondería a las fechas navideñas...
Pero es que luego destripa sin consideración alguna lo que sucede después, subrayando un hecho que, a mi parecer, no es lo más importante ni lo que determina la narración pero que, contado con aire efectista, parece que sí lo sea.
En fin, una novela 100% Sándor Márai. Con una estructura narrativa, eso sí, quizá algo desconcertante aunque con la densidad y la calidad que caracterizan al maestro húngaro.
De modo que si os acercáis a esta novela, mejor no leer la contraportada. Y estar prevenidos ante cierto irracionalismo, más fuerte aquí que en otros textos de Márai.

Sándor Márai, "La hermana". Barcelona, Salamandra, 2007.


La noche feroz

1 de diciembre de 2011

Ricardo Menéndez Salmón estuvo de nuevo en Málaga, esta vez para presentarnos su novela "La noche feroz" (el autor bromeó sobre su pesencia todos los noviembres en la ciudad).
El acto fue abierto por Pablo Aranda (director del Aula de Cultura Sur) y, a continuación, tomó la palabra Jesús Nieto quien señaló la "calidad de página",  el peso de la página en la obra de Menéndez Salmón, el exquisito cuidado que pone en cada palabra. En una historia, además, donde se narra una doble tragedia, una historia oscura y terrible en el marco temporal de la España de 1936.
Ricardo Menéndez Salmón nos habló luego de la novela, que fue premio "Casino de Mieres" de 2006 y que ahora ha sdo reeditada por Seix-Barral en una encomiable labor de recuperación de toda su obra anterior. Esta novela, nos dice el autor, no adolece de pasión; no tiene la frialdad que a veces se le ha reprochado a sus textos. Un aliento lírico, una búsqueda de la belleza que parte, no obstante, de un material "atroz, feroz, incómodo, oscuro" , la caracterizaría.
El origen de la narración está en un libro de viajes de un periodista, Luis Bello, que durante la II República visita diversas regiones de España. El que dedica a Asturias posee rasgos de las "Comedias bárbaras" valleinclanescas. Rasgos que han sido trasvasados al texto, ahondándose las similitudes estilísticas con Valle Inclán, uno de los autores favoritos de Menéndez Salmón.
Continuó hablando del proceso de escritura. "Sufro mucho escribiendo", nos dijo."Escribir es una enfermedad" (sólo escribe la gente desasosegada). Pero mayor sufrimiento es no escribir. El artista es, de algún modo, un privilegiado que puede ponerle cara a sus demonios.
Y cada obra es un reto, nos dice el escritor. Ésta en concreto pone punto y final a su etapa asturiana, una "edad del hierro" que, en cuanto a la escritura, supuso una "escuela de silencio", años de arduo trabajo. Un tiempo en el que se forjó como escritor y que le protegen tanto de las críticas como de las alabanzas que pueda recibir su obra.
En esta novela, como en otros textos suyos, aparece una mítica Promenadia, un territorio que va cambianado, adaptándose físicamente a las necesidades de su escritura. Aquí es un territorio hostil, terrible pero hermoso dentro de su horror, dentro del horror que destilan sus habitantes y sus enquistadas relaciones sociales.
Con un lenguaje minucioso y detallista (duro y precioso metal)  ha creado nuestro escritor-orífice esta bellísima novela, no exenta de un sorprendente final que nos desarbola por completo.
Hay que acercarse a la obra de Menéndez Salmón porque es un escritor de primera categoría.

No, no fue una "noche feroz"; fue una tarde verdaderamente agradable.

(En la fotografia, izquerda a derecha, Ricardo Menéndz Salmón y Jesús Nieto).

Centro Andaluz de las Letras, Málaga, 30 de noviembre de 2011.
Ricardo Menéndez Salmón, "La noche feroz". Barcelona, Seix-Barral, 2011.