Ystad

30 de julio de 2009



Ystad es la pequeña localidad de Escania, el sur de Suecia, donde Wallander vive y trabaja. Cuando Baiba rompe con él le dice (hay excusas para todo) que ella no podría vivir en Suecia. Y añadió, según el autor: "¿Y en Ystad, qué se le había perdido a ella allí"? (página 37). Nos podemos imaginar el desconcierto e incluso el desagrado de la letona ante una modesta ciudad en la opulenta Suecia, más rural quizá de lo que ella imaginaba...
Pero en la apacible ciudad de la Andalucía Sueca también existe el mal. Y tras las celebraciones de la fiesta de San Juan, el solsticio de verano, tres jóvenes son brutalemente asesinados...

(La fotografía de Ystad es de Juanjo Sánchez, de Cádiz, España)

Henning Mankell, "Pisando los talones". Barcelona, Quinteto, 2005.

Mantequilla de cacahuete

28 de julio de 2009



Aparte de horrendas hamburguesas con doble de mostaza y pepinillos, y madalenones asesinos, la detective Kinsey Milhone engulle innobles sándwiches de mantequilla de cacahuete. Ni siquiera parece conocer la famosa nocilla (nutella en otras partes del orbe), una mezcla algo más afortunada de grasas y frutos secos que, incluos, ha marcado a toda una generación de literatos españoles...
Porque es de ficción, que si no, invitaba un día a la Milhone a jalarse un mollete de Antequera con tomate y aceite virgen extra, variedad arbequina...Pero cómo le pueden funcionar las neuronas, con lo mal alimentada que está la criatura. Ya: porque es una criatura ficticia. De todas formas,Kinsey quedó huérfana muy pequeña y su tía sólo le enseñó a no llevar sucios los tirantes del sujetador y poco más, no a alimentarse decentemente. Bastante tenía con cargar con una niña en la roulotte.

La Niña Chole

26 de julio de 2009




El filme de Wilder (Double Indemnity) sigue bastante fielmente la novela de James M. Cain. Excepto al final, cuando el cineasta se ve en la obligación de sintetizar y redondear la historia. Al novelista parece írsele de las manos el relato por su pasión por fabular nuevos engaños y añadir una coda que tal vez creyó espectacular. Ese final rebuscado -que no contaré- por misteriosos recovecos, me ha traído el recuerdo de la Niña Chole, el personaje de Valle-Inclán protagonista de la "Sonata de estío". Como fue una de mis lecturas preferidas en mi adolescencia, la cito aquí. Junto con esta reflexión sobre los finales, tan difíciles en las relaciones amorosas como en las novelas.

Ramón del Valle-Inclán, "Sonata de primavera. Sonata de estío". Madrid, Espasa-Calpe, 1997. Introducción de Pere Gimferrer.

Double indemnity

24 de julio de 2009




Hasta que llegó Madonna y se declaró "la ambición rubia", esta pasión estaba muy mal vista. Y ser ambiciosa y rubia, peor todavía. Claro que siempre será mucho peor ser una inductora al asesinato...La señora Nirdlinger (Barbara Stanwyck en la pantalla) lo tiene todo: avaricia más que ambición, el cabello teñido de rubio y la sangre fría para urdir un plan con el que un cretino acabará con la vida de su marido. Así quedará como beneficiaria de un sustancioso seguro de vida...
La señora Nirdlinger (Phyllys para los amigos, si los tuviera)no calculará sin embargo que las pasiones humanas no son fáciles de hacerlas encajar en tan diabólico proyecto.
Billy Wilder llevó la novela a la pantalla con una actor con cara de cartón piedra y una actriz que ni siquiera es una belleza. Y a pesar de todo, el filme funciona. La edición del libro que manejo es una edición barata, de un papel pésimo, con la pegatina del tres por dos de un centro comercial en la portada; bueno: menos da una piedra.

James M.Cain, "Pacto de sangre". Madrid, Punto de lectura, 2007.

El candor del padre Brown



Chesterton aparece en la mayoría de sus fotos ceñudo y malencalarado. Paradójicamente, su personaje, el padre Brown, sacerdote católico, es de una apacibilidad ilimitada; pero no es "cándido" en el sentido que puede dar a entender el título porque eso implicaría un grado de credulidad estúpida. Posee cierto candor en el sentido de que, a pesar de conocer a la perfección las bajezas del corazón humano, aún le es dado conservar su fe en la humanidad en general.Y conserva su carácter bonachón, amén de la apariencia de un párroco de provincias un poco paleto.
En el primero de los doce cuentos que componen el libro, "La cruz azul",el padre Brown ayuda a detener a un peligroso criminal, Flambeau, al que observa con sagacidad y al que tiende una pequeña trampa. En el último, "Los tres instrumentos de la muerte", ayudará a resolver un embrollado caso en el que la hija de la víctima tendrá un desgraciado protagonismo.

G.K. Chesterton, "El candor del padre Brown". Madrid, Alianza, 1996.

La sala del crimen

23 de julio de 2009



Adam Dalgliesh visita por casualidad un pequeño museo dedicado a la vida en la época eduardiana, el Museo Dupayne de Hampstead. En él hay una sala dedicada a crímenes famosos. Su amigo Conrad Ackroyd, cuyo encuentro fortuito ha determinado la visita, le va desgranando alguno de esos crímenes que han quedado impresos en el imaginario colectivo (británico, se sobreentiende). Luego, como en las novelas pasan esas cosa, en ese mismo museo visitado por el policía habrá un crimen que él mismo se encargará de investigar.

(La ilustración no recoge, claro está, el Museo Dupayne de Hampstead, que sólo existe en la imaginación de la autora. Pero sí una sala demasiado recargada en la que es un "crimen" que esté colgado un retrato de Goya -el de la duquesa de Alba con lazo rojo- camuflado casi entre entre el empapelado y el abigarramiento de muebles).

P.D. James, "La sala del crimen". Barcelona, Byblos, 2005.

Riga

22 de julio de 2009


"Lo primero que notó fue el frío (...)En aquel país parecía hacer el mismo frío dentro que fuera de los edificios, y se arrepintió de no haberse llevado un par de calzoncillos largos". Ésta es la primera impresión que recibe Wallander al viajar a Letonia. (La reflexión no tiene una excesiva altura intelectual pero ya sabemos que nuestro protagonista es un hombre de acción, no un intelectual como casi lo son Brunetti o Dalgliesh). Sin embargo, en este país helador a donde ha ido Wallander siguiendo una pista, en su capital, Riga, viven y sufren hermosas mujeres como Baiba.El marido de Baiba, el mayor Liepa, ha sido asesinado por oscuras razones. El país báltico (hoy en la Unión Europea y fervoroso participante de Eurovisión), en esas fechas, trata de sacudirse la férula de la Unión Soviética.Y dista mucho de ser el país de las libertades que tantos ansían.

Henning Mankell,"Los perros de Riga". Barcelona, Quinteto, 2005.

Madonna

21 de julio de 2009


Cuando a Madonna le comunicaron la muerte de Michael Jackson se tentó las carnes.¡No podía ser! ¡De su misma edad! Claro que ella estaba en muchísima mejor forma. De ahora en adelante sería más macrobiótica, iría más al gimnasio, estudiaría más la Cábala...La ristra de propósitos era interminable. Luego comenzaron a propagarse ciertas noticias sobre fármacos y drogas en el cuerpo de Michael; el médico del cantante desapareció y fue buscado por la policía; desde el círculo de parientes más próximo hubo sospechas de asesinato.
Madonna suspiró, aliviada. En fin, si sólo se trataba de eso...

Muerte en el Caribe



Nuestra querida miss Marple ha abandonado su casa de St. Mary Mead para pasar unos días en el Caribe. Bueno, en un Caribe que podría ser cualquier otro sitio con palmera y una colonia de británicos incrustada; es decir, unas instalaciones hoteleras en las que se aloja una típica fauna U.K. La señorita Marple, como buena entomóloga, no dejará de clasificar a esos personajes que pululan como insectos de la playa al comedor y del comedor a la playa, comparándolos muy sabiamente con la reducida fauna de su pueblo natal. Esto le será muy útil cuando se produzca un asesinato: ella conocerá ya muchos de los resquicios del alma de esos hombres y mujeres. Nada escapa a su implacable poder de observación y crítica. Ni siquiera los desayunos del hotel, en los que sólo sirven rodajas de papaya en vez de suculentas manzanas.

Ágatha Christie, "Misterio en el Caribe". Barcelona, Debolsillo, 2003.

Murano

20 de julio de 2009



Murano es una de las islas que constelan la laguna de Venecia. Famosa por los fornaci que desde la Edad Media trabajan el vidrio, ahora es una minúscula réplica de la gran ciudad de la laguna donde los turistas van a hacer sus compras "de marsopas y toreros", como escribe la propia Donna Leon, o de cualquier otro abalorio. Pero en este apacible escenario también anidan los intereses más turbios y los medios más expeditivos para zanjar las diferencias. Un hombre aparece muerto en uno de los fornace y Brunetti será el encargado de investigar el entramado de circunstancias que han rodeado el luctuoso desenlace.

(La fotografía, de uno de los canales de Murano, es de Francisco Martín Cobos).

Donna Leon, "Veneno de cristal".Barcelona, Seix Barral, 2006. (La portada del libro, en la Biblioteca Formentor seixbarralense, es fea de cojones).

El alquimista impaciente

19 de julio de 2009



Me acabo de comprar "El alquimista impaciente". Ya sé que con Silva no llevo muy al día las lecturas (la novela se publicó por primera vez en el 2000 y fue premio Nadal) pero más vale tarde que nunca. Y sobre todo, merece más la pena dedicarle tiempo a este nadal que al otro Nadal y quedarte bizca viendo bola amarilla para acá, bola amarilla para allá...
En esta novela, Chamorro y Vila se enfrentan a un caso pintoresco: un ingeniero empleado en una central nuclear, Trinidad Soler, ha aparecido muerto en la habitación de un motel. Desnudo, bocabajo, con las manos atadas a las patas de una cama y con un artefacto espectacular inserto en el ano. A partir de ahí, nuestros picoletos favoritos comenzarán su particular viaje a la Alcarria. Una tierra recóndita y llena de sorpresas como recóndito y lleno de sopresas es el corazón humano.

Lorenzo Silva, "El alquimista impaciente". Barcelona, Ediciones Destino en coedición con Espasa-Calpe, 2008. Colección Austral, nº 617.

Hominización



Ésta sí que es una auténtica historia detectivesca. Se trata de dilucidar cuáles fueron nuestros ancestros más remotos. Ni los especialistas se ponen de acuerdo. Dibujan variados árboles genealógicos, con ramificaciones desde el humilde australopitthecus afarensis hasta el formidable neanderthal, más parecido a Arnold Swarzenegger de lo que éste pudiera sospechar.
La ciencia indaga. Pero el misterio humano sigue intacto. Por eso necesitamos la literatura con desesperación.

P de peligro

18 de julio de 2009


Un hombre puede desaparecer de muchas maneras, le dice un personaje a Kinsey Milhone. Ya sabe, continúa: con la televisión, el alcohol, los estimulantes...etcétera. Pero esta vez el hombre ha desaparecido de verdad. El doctor Purcell, tras salir de la clínica geriátrica en la que trabajaba, cogió su coche y nunca más se supo de él. Pero será su primera mujer y no la segunda, una antigua stripper, con la que convive, quien contrate a nuestra detective para que lo encuentre.
Kinsey no está en absoluto entusiasmada con el caso. No sabe si podrá resolverlo y encima no se fía ni un pelo de su clienta. Ante tanta duda metafísica, lo primero que decide hace es pararse en un Mc Donald´s y pedirse un café con dos muffins, unos madalenones de masa enriquecida con huevo. El peligro no vendrá de estos dulces asesinos sino que sobrevendrá cuando Kinsey comience a rascar en los negocios de la clínica, propiedad de una empresa llamada "Millennium Health Care" de la que el médico desaparecido era administrador...Claro que la vida sexual de la segunda esposa tampoco era de una monogamia exquisita...

Sue Grafton, "P de peligro". Barcelona, Tusquets, 2001.

La piedra lunar

17 de julio de 2009



Hay diamantes con vida propia. Piedras que encierran maldiciones, que envilecen a quienes las poseen, extendiendo su poder infausto incluso sobre los que creen disfrutarlos legítimamente.El Kooh-i-noor, el famoso diamante indio, fue el origen de ese conjunto de maldiciones imprecisas. Da igual que en realidad esa piedra preciosa sea el símbolo de un expolio imperialista. Aquí se convierte en el origen de una trama novelesca en la que confluyen extraños fenómenos como el hipnotismo. Freud todavía no estaba dando la murga pero ya se sospechaba que la conducta humana no es siempre fruto de motivaciones confesables; menos aún de motivaciones fetén en la pacata sociedad victoriana.

(El váter con diamantes de la ilustración sospecho que también tiene vida propia).

Wilkie Collins, "La piedra lunar". Madrid, El País, 2004; 2 vols.

Caso no resuelto

16 de julio de 2009



Uno de los casoas más antiguos que permanece sin resolver es éste: ¿Por qué entrega Judas a Jesucristo? ¿Por treinta astrosas monedas? Eso carece de verosimilitud alguna. ¿Por envidia? Hubiera sido más fácil asesinar a Juan, el discípulo amado. ¿Por el placer del Mal? No era tan fuerte como para disfrutarlo sin remordimientos.
Judas Iscariote pertenece a esa rara estirpe de malos necesarios; malos que hacen falta para que la arquitectura de la narración o de la historia de la humanidad funcione. Malos que, como Raskólnikov, sucumben a la culpa, cuando comprendesn que un sólo acto, uno solo, define a un hombre por siempre jamás.

(La ilustración es "La última Cena" de Andrea del Castagno, en el Cenacolo de Santa Apolonia de Florencia).

Gracias, Méndez


Gracias, Méndez, por mostrarme la auténtica realidad social de esta España (sí, de la refinada Barcelona también). Esta España en la que, a poco que rasques, aflora el manto rocoso del machismo más granítico. En la que, quitando esa endeble corteza de igualdad y de modernidad levemente ilustrada, con universitarias a tutiplén, ministras treintañeras y estrellas cool, surge la ideología visceral patria, la de siempre. La que hace a las mujeres las víctimas por excelencia, ya puedan ser niñas Down, cuñadas fieles o policías cibernéticas. Lo de siempre es lo que queda, venerandas tradiciones como los sanfermines o tratar a las mujeres como simples trozos de carne a gusto del consumidor.
(Otro día hablaré de los aspectos estilísticos de la novela).

Francisco González Ledesma, "No hay que morir dos veces".Barcelona, Planeta, 2009.

Baudelaire según Azúa

15 de julio de 2009



Me acaba de convencer Félix de Azúa. Casi cualquier disciplina, obra literaria u obra artística podemos encararla como un inmenso enigma. Incluso podemos leer como un hermoso interrogante (o una concatenación de interrogantes que aspiran a ser contestados) este ensayo de Félix de Azúa. ¿Quién era ese maldito Baudelaire? ¿Por qué deambulaba como gato sin dueño por las calles de París? ¿Es un artista moderno? ¿O sólo quien certifica la defunción de la poesía romántica? ¿Por qué demonios dice Azúa que Baudelaire es el prototipo zoológico del poeta? ¿Y que las mujeres son "infradandis"?¿Y el Papa también es un dandy? (Y eso que cuando Azúa escribió el ensayo no había un papa de la Iglesia Católica que calzaba zapatos de Prada).
En la página 159 escribe sobre el flâneur, el paseante ocioso, el mirón (el mismo poeta):
"Es el detective privado que debe reconocer las huellas mínimas, los signos que a tod el mundo escapan y ponerlos en familia (sic) hasta esclarecer el enigma. El paseante es una figura lírica que pasará a detective en la épica metropolitana (...)"

(La foto es de Félix de Azúa; no he encontrado una en la que se parece a un actor guapísimo cuyo nombre no recuerdo)

Félix de Azúa, "Baudelaire y el artista de la vida moderna". Pamiela, Pamplona, 1992.

Skagen

14 de julio de 2009



Wallander está deprimido. Lleva un año fuera de servicio. Ha protagonizado una escena lamentable en un vuelo chárter al Caribe, emborrachándose como un adolescente incontrolado. No puede caer más bajo, probablemente. Ahora se ha marchado a Skagen, en el extremo norte de la península de Jutlandia. Ahora, como escribe Mankell, en la septentrional playa de Skagen, sólo patrulla sobre sí mismo.
De ese marasmo interior sólo lo rescatará un caso casi de encargo. Un abogado, Sten Torstensson, va a buscarlo a su refugio y le pide que investigue la muerte de su padre. Ha muerto en un accidente de tráfico. Pero su hijo sabe que las cosas no son tan simples. Las cosas, en realidad, nunca son simples. Ni la ilustración que acompaña estas líneas es de una playa tropical, ni Wallander está acabado del todo. Sólo que a veces necesitamos que alguien nos pase la mano por el lomo y nos diga que nos necesita. Aunque sea profesionalmente. Y que nos confundan con una playa del trópico para subir nuestra autoestima.

Henning Mankell, "El hombre sonriente". Barcelona, Tusquets, 2007.

El legado de Hipatia, II

13 de julio de 2009



Pues sí, éste es el título del libro de Margaret Alic. El subtítulo lo aclara todo: "Historia de las mujeres en la ciencia desde la Antigüedad hasta fines del siglo XIX". O sea, que no es una biografía ni un estudio sobre la científica alejandrina en exclusiva, sino que se toma como punto de partida para establecer una genealogía de mujeres científicas en la civilización occidental. Entre esas científicas está mi querida Madame Du Chatêlet, una matemática de la Ilustración, traductora de Newton; un genio matemático de primer orden, que leía el álgebra como quien lee novelas.
Volviendo a Hipatia, Alic reproduce el fragmento del historiador del siglo V d. C. Sócrates, en el que se relata la inusitada crueldad del asesinato de la científica alejandrina: "algunos (...) violentos, cuyo capitán y guía era Pedro, un lector de esa iglesia,vieron a esa mujer cuando regresaba a su casa desde algún lado, la arrancaron de su carruaje; la arrastraron a la iglesia llamada Cesárea; la dejaron totalmente desnuda y le tasajearon la piel y las carnes con conchas afiladas, hasta que el aliento dejó su cuerpo; descuartizan su cuerpo; llevan los pedazos a un lugar llamado Cinaron y los queman hasta convertirlos en cenizas".
De asesinos, fanáticos y misóginos está y estuvo bien surtido el mundo desde la antigüedad como se ve.

Margaret Alic,"El legado de Hipatia". Madrid, siglo XXI,1991.

La muerte viene de lejos


Con este título típicamnete negro, Guelbenzu nos ofrece una nueva entrega(anterior a la que he reseñado ya)de su funcionaria favorita.Mariana de Marco ha de trabajar en un caso de difícil resolución: la instrucción del asesinato de un anciano que ha muerto en circunstancias en apariencia banales (un escape de gas). La novela comienza con una frase epigramática de la propia juez: "Ni existe el Mal ni hay crimen perfecto". Siento discrepar con tan inteligente mujer: todos los crímenes que se quedan impunes son perfectos (para el asesino, claro). Y el mal existe, si no con mayúscula, como le gusta poner al autor,sí con minúscula, incrustado en la conducta humana. Que lo llevemos a cabo, es cuestión de oportunidad o de iniquidad extrema. Pero ahí está, agazapado en los corazones humanos esperando el salto sobre su presa.
He puesto unos tacones como ilustración porque Mariana los utiliza e incluso su silueta es el logotipo comercial puesto como pegatina en los libros. Pero dudo que con el sueldo de una juez se puedan comprar muchos zapatos Jimmy Choo como éstos. En fin, no hay más corrupción en la administración de justicia porque Dios no quiere.

J.M.Guelbenzu, "La muerte viene de lejos". Madrid, Alfaguara,2008.

El delicado aroma del jamón ibérico

12 de julio de 2009



Ya he recuperado mi volumen olvidado (gracias, hermano). Y me lo he leído con más gana, si cabe. Después de la pavisosa de Warshawski, Petra se muestra con todo su encanto. A saber: su ironía espléndida, su fortaleza justa (no es una "super heroína"),sus prejuicios ancestrales (se alarma porque su hermanita va "follando policías", sic), su camaradería "sui generis", su soledad lancinante. (Tolstoi decía que las familias felices no tienen historia; Petra podría decir que las policías con familia no tienen historia).
En la última página nos la dejamos comiendo jamón en una tasca de la Barceloneta, moderadamente feliz consigo misma. Epicúrea, como tiene que ser. Que aproveche.

Alicia Giménez Bartlett, "Muertos de papel". Barcelona, Booket, 2008.

La venganza de Nofret

11 de julio de 2009



Esta novela, en contra de lo que es habitual en ella, transcurre en un tiempo muy alejado de la escritora, en el 2000 a. C. Como la propia autora indica al principio del libro, la cronología da igual. Y así es, porque lo que le interesa a Ágatha Christie es narrar una trama en la que queden al descubierto los entresijos del alma humana (los más oscuros e indeseables por supuesto); las descripciones morosas y los detalles pintorescos quedan para otro tipo de narradores.
Pero la novelista no sabe resistirse al encanto de la arqueología. De hecho, incluso lo hizo a nivel personal (se casó, en segundas nupcias con un arqueólogo, Max Mallowan) y algunas de sus novelas más conseguidas se desarrollan en campamentos arqueológicos que investigan la antigua Mesopotamia.
Quizá no sea esta una de sus mejores obras; la novela histórica tiene sus propios requisistos, muy difíciles de satisfacer a veces, y la escritora británica quizá no se tomó la molestia de cunplirlos todos.

(La ilustración muestra la maqueta de una casa egipcia con jardín, encontrada en las excavaciones de Deir-el-Bahari)

Ágatha Christie, "La venganza de Nofret". Barcelona, RBA, 2008.

El legado de Hipatia.

10 de julio de 2009



El malagueño Pedro Gálvez tiene una biografía novelada de Hipatia. En la dedicatoria explica que la fascinación por este personaje le viene de su padre, matemático de profesión. En el último capítulo de su libro abandona el tono narrativo para hacer un espléndido resumen de la labor científica de Hipatia. Reproduzco literalmente sus palabras; "Fue la última gran científica de la Antigüedad (...)la obra de Hypatia representó un renacimiento del quehacer científico de la Alejandría del siglo IV de nuestra era. Desarrolló el álgebra y la trigonometría hasta unos niveles que no serían alcanzados de nuevo hasta muchos siglos después. Por dar un ejemplo, sus estudios sobre las secciones cónicas fueron desechados tras su muerte como ejercicios inútiles del pensamiento, hasta que a comienzos del siglo XVII los científicos se dieron cuenta de que muchos fenómenos naturales,como las órbitas planetarias,podían describirse gracias a las curvas formadas por las secciones practicadas a un cono".

Pedro Gálvez, "Hypatia". Barcelona, Lumen, 2004.

V. Warshawski



Sigo con Victoria Warsshawski: es una petarda, lo sé, (como su homónima de la serie televisiva "Camera café") pero se compadece una de su suerte. Quiero decir: la novela es farragosa, no tiene una estructura sólida ni un argumento convincente (tan sólo se salva la creación de un espacio urbano con cierta personalidad). Ni siquiera el personaje de la protagonista es lo suficientemente atractivo; es una mujer audaz pero carece por completo de ironía,el arma imprescindible en todo detective de novela (no se puede ir de asertiva por la vida libresca). En fin, ya puestos, veremos en qué acaba todo esto. También, como la Victoria televisiva, a pesar de todo,tiene su encanto.

Sara Paretsky, "Golpe de sangre". Barcelona, Zeta, 2008.

Hipatia

9 de julio de 2009



Hipatia de Alejandría fue asesinada en el año 415 por una banda de monjes violentos. Lejos de ser un hecho anecdótico, su muerte marca un punto de inflexión en la desaparición de la cultura pagana, sustituida, parcialmente, por una no-cultura.(Ya lo decía Steiner, en un chiste sólo apto para el ámbito académico: "Jesús fue un buen maestro. Pero no publicó nada"). El desprecio de la cultura fue uno de los rasgos del ascetismo cristiano de los primeros siglos y esos monjes enfurecidos lo encarnaban a la perfección. La filósofa se convirtió, para desgracia suya y de la cultura pagana,en el símbolo de lo que algunos fanáticos querían eliminar.
Amiga y maestra del escritor y luego obispo Sinesio de Cirene, éste le dirige una carta, casi premonitoria, en el 413, en la que se muestra preocupado por su suerte.
En la obra que leo hoy, del siglo XVII,Gilles Ménage recoge el nombre de esta sabia, además de otras sesenta y cuatro filósofas que logra escardar en textos de la antigüedad.
Sin duda el "peplum" de Amenábar (incomprensiblemente titulado "Ágora") la pondrá de moda un rato; yo creo que se merece algo más que un despilfarro visual.

Gilles Ménage, "Historia de las mujeres filósofas". Traducción de Mercé Otero Vida. Introducción y notas de Rosa Ríus Gatell. Barcelona, Herder, 2009.

"Q de quién"



En este episodio novelesco, Kinsey se mete entre pecho y espalda otra de sus delicias gastronómicas: un bocadillo de salami con pan de semillas y un huevo frito encima. (Como no he encontrado una ilustración que se le aproxime, he puesto este digno salchichón). Además tendrá que investigar un caso ocurrido dieciocho años atrás: una joven apareció muerta en la cantera de Grayson y nunca fue identificada. Kinsey aceptará el trabajo que le encarga el teniente Dolan porque es uno de los casos de la carrera profesional de su amigo y mentor Stacey Oliphant que éste no pudo llevar a buen puerto. Jubiladísimo y enfermo de cáncer, la resolución de este enigma podría ser su penúltimo consuelo. Kinsey lee el informe del caso de 1970 e inmediatamente siente curiosidad por saber quién demonios era aquella chica, arrojada por un talud, que vestía unos pantalones estampados con margaritas azuloscuras...

Sue Grafton, "Q de quién". Barcelona, Tusquets, 2003.

La carta robada

8 de julio de 2009



"La carta robada" es uno de los mejores relatos de Edgar Allan Poe (1899-1849). Borges y Bioy Casares lo incluyen en su selección de cuentos policiales.
A Poe puede considerárselo como uno de los padres del género policial. Mientras la literatura europea estaba enfrascada en novelones históricos y folletines de escasa calidad (la novela realista en España no existía aún; Balzac, en cambio, sí había dado lo mejor de sí mismo), Poe crea un género moderno; un formato literario que sólo se podía dar en el contexto de las nuevas sociedades urbanas, cada vez más masivas, en las que los límites sociales e incluso los límites físicos de la propia urbe están en continua mutación. En estas sociedades están apareciendo los cuerpos policiales propiamente dichos, diferenciados tanto del estamento militar como de las milicias municipales o cívicas. En esas ciudades donde es posible el anonimato, será posible también el mal sin los controles sociales tradicionales.
Poe sitúa a su protagonista, Auguste Dupin, en un París que nunca visitó. Un París pre-haussmaniano que también pateaba otro ilustre "moderno", el poeta Charles Baudelaire.

VVAA.,"Los mejores cuentos policiales". Selección y prólogo de Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.Vol. 2. Madrid, Alianza, 1990.

Sveg

7 de julio de 2009



Hay que leer a Mankell con un atlas al lado. Esos topónimos erizados de consonantes tienen su trasunto en lugares reales. Lugares que imaginamos siempre transidos de frío, como este Sveg norteño.
En esta novela el protagonista no es Wallander sino Stefan Lindman, un policía de treinta y siete años al que le acaban de diagnosticar un cáncer. No obstante, seguirá investigando un caso espeluznante. Un jubilado, Herbert Molin, ha sido asesinado de un modo peculiar y atroz a la vez: alguien bailó un macabro tango con el cadáver

(La foto de Sveg es de Jens-Chr Strandos).

Henning Mankell, "El retorno del profesor de baile". Barcelona, Tusquets, 2007.

Shirley



De acuerdo: "Shirley" no es una novela negra. Pero es que me apetecía colgar la imagen de este caballero tan guapo que los de Alba pusieron en la portada. Y, además, tampoco tengo ganas de crear otro blog para novela del XIX, otra de mis pasiones. De modo que cuando me apetezca, iré colgando alguno de los títulos que más me gustan. "Shirley" es un novelón de los buenos. Menos famosa que "Jane Eyre", otra novela de Charlotte Brontë,posee sin embargo dos características que la hacen exepcional. Una, que lejos de ser un mero relato sentimental, es todo un fresco de una época, la de la industrialización pimpante de la Inglaterra central. Dos, el retrato de la protagonista es el retrato-robor de una joven sin recuros económicos de mediados del XIX. Pero la joven, además, es terriblemente lúcida (su autora lo era)y ve con terror el absurdo de una existencia que, si fracasa en sus aspiraciones amorosas, carece otros horizontes vitales. La mujer que no se casaba no tenía la posibilidad de desarrollo personal. Sin estudios, sin trabajo remunerado, su futuro de solterona era lo más parecido a un comprimido de represión e hipocresía imaginable. Y Caroline, la protagonista, lo sabe. "¿La virtud consiste en resignarse?" se pregunta.

Charlotte Brontë, "Shirley". Barcelona, Alba, 1999 (1849).

Pruebas falsas




Éste fue el primer "Brunetti" que me leí, hace ahora poco más de dos años. No suscitó en mí un entusiasmo inmediato. Me pareció que era una novela correcta y entretenida y poco más. El cariño nace con el roce. De esta autora de la que no sabía nada (Donna Leon) vi que había otros libros publicados. Me los fui comprando, unos en bolsillo, otros sus ediciones normales de Seix Barral, y devorando con fruición. Y ya no me queda sino esperar que se publique otro nuevo: no hay más "brunettis" inéditos para mí (ya hablé de "About face", la última publicada).
"Pruebas falsas" empieza con una frase lapidaria: "Era una vieja foca y la tenía atravesada". Todo un programa vital y narrativo. Al parecer, esta frase tiene su trasunto en un hecho de la vida cotidiana de Donna. Pues tuvo una vecina que ponía el televisor a todo volumen. Y eso en Venecia, con sus canales minúsculos y la falta de aislamiento sonoro, puede ser dramático. De modo que la escritora se venga "literariamente" y hace asesinar a esa odiosa vecina en la ficción.

(La foto de Venecia es de Francisco Martín Cobos).

Donna Leon, "Pruebas falsas". Barcelona, Booket, 2007.

Muertos de papel

6 de julio de 2009



Me he dejado olvidado el libro en Granada. Ahora me doy cuenta de que echo de menos a la inspectora deslenguada, a Petra Delicado. En esta novela, la trama es lo de menos. Me he encariñado con esa policía solitaria, que se dice que no es feminista pero lo es hasta el tuétano, tan llena de contradicciones. Ha hecho un pacto con su subordinado, Fermín Garzón (¡qué manía de nombres sonoros!), para no hablar de cosas personales. Pero ¿de qué se va a hablar, sino de lo que llena la sustancia de los días? El trabajo, por desgracia, no da para tanto. El pacto se incumple sistemáticamente.

Alicia Giménez-Bartlett, "Muertos de papel". Barcelona, Destino, 2000.

El hombre más buscado

5 de julio de 2009



No sé si me la leeré. Tengo la novela sobre mi mesa y quizá me la lleve a la cama. Pero no creo que la lea. En primer lugar, no he comprado yo el libro. Y si no lo he comprado yo (salvo excepciones honrosas: algún regalo, Larsson sorpresivo) no hay seguridad ninguna de que lo lea. Un libro elegido y pagado es un libro querido. (Por supuesto detesto el book-crossing:yo nunca lo haría, yo nunca abandonaría un libro en un lugar inhóspito, qué crimen).
En segundo lugar leí "El sastre de Panamá" y salvo algún detalle cómico, no recuerdo nada destacable.
Aunque si el autor sigue mirándome así desde esta foto...

John Le Carré, "El hombre más buscado".Barcelona, Plaza y Janés, 2009.

Loop

3 de julio de 2009



He llegado a la laguna de Palo Muerto, es decir, al capítulo 13. No sé si continuar. La novela no me ha enganchado todavía. A ratos me parece confusa; ha tardado en arrancar. Y al personaje protagonista, Victoria, no se le está sacando demasiado partido.
A cambio, sé algo de un Chicago estratificado, absolutamente escindido en grupos sociales y raciales. Como Kinsey, Warshawski nos lleva de paseo por el patio de atrás de Norteamérica, los barrios deprimidos, las zonas suburbanas degradadas, las zonas industriales en decadencia. Eso por si nos creíamos lo que nos mostraban las series norteamericanas. Claro que en las series las casas aparecen como postales inmóviles; como fotografías retocadas para catálogos inmobiliarios. La inmundicia por la que se mueve un detective no es sólo moral, también urbana.

Sara Paretsky, "Golpe de sangre".Barcelona, Ediciones B, 2008.

La dama de blanco



Ayer, escuchando a Luis Alberto de Cuenca hablar en la radio sobre Wilkie Collins, me di cuenta que aún no le había dedicado a ninguna entrada (al narrador británico; Luis Alberto tiene un poemario titulado "El hacha y la rosa" pero literatura negra no es).
De las siete u cocho novelas que tengo de Collins, he elegido "La dama de blanco". No es mi preferida pero sí la que contiene, con toda su potencia, la esencia de la literatura de este autor. En ella se conjugan misterio, acción, escenarios londinenses (en un tórrido mes de julio), intriga judicial. Es ésta una de las cosas que más me ha sorprndido en Collins: la crítica tan acerba que realiza al sistema judicial y a determinadas leyes de su tiempo, las que tratan especialmente mal a las mujeres.
El título del libro se debe a la aparición, casi sobrenatural, de una criatra vestida de blanco, en una carretera que conduce a Londres.

Wilkie Collins, "La Dama de blanco". Madrid, El País, 2004. 2 volúmenes.

Lecturas de piscina

2 de julio de 2009



El año pasado fue mi año Ágatha Christie -me leí unas treinta novelas. Pero a la piscina me llevaba la "Ética" de Spinoza. No por esnobismo sino porque también fue mi descubrimiento de ese año (me lo recomendó Luis, profesor de filosofía) y andaba yo muy metida en indagaciones sobre el cuerpo humano.
Escribe el filósofo de origen sefardí: "nadie, hasta ahora, ha determinado lo que puede el cuerpo, es decir, a nadie ha enseñado la experiencia, hasta ahora, qué es lo que puede hacer el cuerpo en virtud de las solas leyes de la naturaleza".
Hoy no sé qué llevarme: me queda algo de Jaritos; una Sara Paretsky sin abrir; un Ramón Llull intacto; un Bonilla a medias... Me pasa igual que con los bikinis ¡no sé qué ponerme!


Spinoza, "Ética demostrada según el modo geométrico". Madrid, Alianza,2007; p.197.

Tomates rellenos



Ah, las mujeres. En las novelas policíacas, muchas veces no son sino el elemento decorativo. O el contrapunto afectivo de una trama dura. Incluso en nuestro querido Brunetti -escrito por una mujer- Paola, Chiara y Elettra entran dentro de esas manidas etiquetas.
En esta novela, la obsesiva esposa, Adrianí, sólo brilla, además de por su carácter hipocondríaco, por sus fantásticos tomates rellenos. Con los que suele chantajear emocionalmente a Jaritos. La hija, como siempre, es el dulce refugio de su papi, cosa que la cónyuge no es ni de lejos. Y la mujer de bandera, en este episodio es Elena Kusta, una ex-actriz. Ah, y la pobre Kalia, cantante de cabaret con nombre de detergente.
No sé qué me gusta menos de esta novela, si el tráfico endemoniado de Atenas (casi un protagonista más) o los personajes femeninos. Bueno, que vaya de equipos de fútbol también. Pero eso lo dejo para el otro blog.

Petros Márkaris, "Defensa cerrada". Barcelona, Tusquets,2008.

Detrás de la máscara



Esta narración no es, sensu stricto, una novela negra. Pero sí la más negra de Louisa May Alcott (1832-1888). A la autora la conocemos sobre todo por su obra "Mujercitas", llevada a la pantalla como enormes pastelazos románticos, aun cuando en el original no lo es en absoluto. Que Alcott era una escritora inteligente, irónica y adelantada a su tiempo (o sea, feminista) lo demuestra en esta obra en la que toma como protagonista a la turbia señorita Muir. El tema de la institutriz que llega a una casa y acaba casándose es un lugar común de la novela decimonónica (baste recordar el clásico por excelencia, "Jane Eyre"). Aquí está narrado con la suficiente mala leche como para advertirnos de que no todas las institutrices son pobres muchachas desamparadas ni todas las escritoras del XIX son unas señoras inocentonas que escriben para descansar de la calceta. El doble título original es significativo: "Behind a mask, or A woman´s power".

Louisa May Alcott, "Detrás de la máscara". Madrid, Imágica Ediciones, 2007.

Tana- tánatos

1 de julio de 2009



Como las adelfas, así es Tana Marqués. Como las inocentes flores color fucsia o blancas que adornan las medianas de la A-7. Son un goce para la vista pero ¡pobre del que se recree con esas inflorescencias metiendo sus narices en ellas..!
En esta novela, Tana despliega todas sus fuerzas maléficas sin perder, por supuesto, su apariencia de esposa convencional y empresaria del montón.
Si yo fuera Ricardo, tomaría algunas precauciones. Ya se sabe que los personajes tienen la desagradable tendencia a tomar vida por sí mismos y hacer lo que les viene en gana (yo no me lo creía hasta que escribí mi tercera novela).
Cuando escribas la próxima, asegúrate, amigo, de dejar el ordenador bien apagado por las noches. Nunca se puede saber qué pueden hacer ciertos personajes desde una pantalla iluminada...

Ricardo Bosque,"Suicidio a crédito". Zaragoza, Mira Editores, 2009.

La muerte de mentirijilla




En esta novela, una joven estudiante, Claudia Leonardo, es asesinada. Antes ha hecho una extraña consulta a Brunetti sobre el perdón,acerca de si es posible recuperar el buen nombre de alguien; una persona que no cometió el delito por el que fue condenado.
Cuando matan a la chica, Bunetti se sentirá doblemente motivado para investigar el caso, pues la joven también era alumna de su esposa. Esto lo llevará a hurgar en la época más oscura de la Italia contemporánea, la remota y a la vez presente, era fascista. Bunetti (p. 175 y ss.) consigue, incluso, una confesión atroz de las activides de su suegro, el conde Falier, en la resistencia; el fusilamiento de un soldado alemán de dieciséis años. La heroica resistencia antifascista estuvo compuesta de episodios así.

(El libro lo compré el 16 de abril de 2007; mi padre fallecería horas después. Por supuesto el libro no lo leí hasta dos meses después. La única muerte que soportamos en realidad es la de mentirijilla; la muerte escrita, ficcionalizada. En la fotografía, los leones ficticios de Ca´Rezzonico).

Donna Leon, "Malas artes". Barcelona, Seix Barral, 2004.