Imaginería

31 de enero de 2011


La imaginería de Jesús Belotto es ecléctica: un peltasta se cruza por las líneas de su poesía con la misma ligereza con la que aparece un centro comercial repleto de cadáveres...Y sin embargo sabe insuflar a su poesía un hálito propio, una voz personal en absoluto impostada. Como el propio poeta dice en el primer texto (campo arado, poema en prosa),y yo también estoy convencida de ello, el poeta (él o su heterónimo) puede estar incubando algo banal, un resfriado. Mas "al levantarse ha escrito un buen poema, y ya nada vuelve a ser lo mismo". El mundo nunca es el mismo depués de un buen poema.
Enhorabuena a Jesús por este poemario, diez poema ahítos de luz, auténticamente deslumbradores.

Jesús Belotto, "Una luz de relámpagos". Elda, Islarremota, 2010.

Albóndigas de alce

30 de enero de 2011


Bueno, no está mal, se puede leer. De hecho, ya me la he leído. Con un final un poco violento, para mi gusto pero, en fin, tampoco me gustarían las albóndigas con dos tercios de carne de alce (pág. 324). Lo que veo es que en esta novela. como en otras muchas del género negro, se cuidan los comienzos (para enganchar al lector) y se buscan finales impactantes (para no defraudarlo) pero se descuida el discurso narrativo intermedio. Al no buscarse un notorio efecto estético, tan sólo depende de hallazgos fortuitos o de ocurrencias ingeniosas que el lector no estrictamente interesado en el desenlace se mantenga aferrado a la lectura (si no es pura inercia lectora).
(Por cierto, traductores o correctores, los pezones tienen areolas o aréolas -las dos formas admite la RAE-, no "aureolas" , pág. 215).

(En la ilustración, el famoso hotel de hielo de Kiruna).

Assa Larsson, "Aurora boreal". Barcelona, Seix-Barral, 2010.

Aurora boreal

28 de enero de 2011


Sí, he vuelto a las andadas. He comprado otra novela negra nórdica. Podía haber comprado queso con cominos o una botella de vodka tranparente pero no, he comprado letra sueca. La culpa no es tanto de mi bibliomanía cuanto de la facilidad de acceso a estos productos en las grandes superficies. Si al adicto le facilitas el consumo qué va a hacer éste sino caer una y otra vez.
(En descargo de la autora, diré que no comienza mal; con una imagen muy plástica; luego la narración se deteriora, se hace más pesada a partir de la página 30; veremos cómo continua...).

Asa Larsson, "Aurora boreal". Barcelona, Seix-Barral, 2010.

En la Biblioteca de Andalucía

27 de enero de 2011


Bueno, ya os lo recordaré más adelante, pero lo anuncio ahora: el 19 de febrero, sábado, a las doce de la mañana, leo en la Bibloteca de Andalucía de Granada (C/Profesor Sániz Cantero, 6). Si os viene bien, allí estaremos (la madre de la artista, la artista y algunos amigos, supongo).
Ah: hay calefacción...

Irene describe


El talento para describir es raro en los escritores. Se supone que los narradores deben saber narrar y eso basta, pero la descripción aporta al discurso una densidad que no es sólo la brillantez de una imagen plástica sino la profundidad de una estratificación de significados condensada en la, en apariencia simple, enumeración de objetos o la pintura de personajes.
Némirovsky describe a la señora Péricand con una plasticidad y una mala uva encomiables; me ha recordado al más granado Galdós o al Flaubert más sembrado de ácidas ocurrencias.
“Era una mujer visiblemente destinada por Dios a ser pelirroja (….) Pero en el último momento la Providencia debía de haber dudado o considerado que una melena explosiva no armonizaría con la irreprochable moralidad de la señora Péricand ni con su posición, y le había dado un cabello castaño mate que perdía a puñados desde el nacimiento de su hijo menor” (pág. 37).

(En la ilustración, una fotografía de Irène Némirovsky).

Irène Némirovsky, “Suite francesa”. Barcelona, Salamandra, 2010.

Suite francesa

24 de enero de 2011


Es un libro que quería leer hace tiempo pero que no había comprado por diversas circunstancias; ahora sí lo he adquirido. La editorial Salamandra ha hecho una edición especial de diez títulos emblemáticos para conmemorar su décimo aniversario y ha incluido este título. Los libros de esta colección tienen la portada lisa, de un solo color, y lo más característico son las esquinas achaflanadas de los ángulos superior e inferior derecho, además de los precios un poco más bajos (impresos ya directamente en la contraportada).
La historia de la publicación del libro de Némirovsky es estremecedora: escrito en los meses previos al internamiento en un campo de concentración nazi y el asesinato de la escritora, el manuscrito quedó bajo la custodia de sus hijas que lo pasearon durante mucho tiempo en una maleta, símbolo de la precariedad de sus propias vidas de huérfanas de ascendencia judía perseguidas en la Francia ocupada.
Pero no es sólo un libro testimonial. Ante todo es una obra literaria y el tratamiento que recibe ese magma histórico que es el entorno vital de de la escritora es un tratamiento literario de altísima calidad.

Irène Némirovsky, “Suite francesa”. Salamandra, 2010

Las mujeres de los nazis

21 de enero de 2011


Durante la semana pasada y el lunes de ésta, Televisión Española ha emitido el documental -recentísimo, de 2009- "Apocalypse" sobre la Segunda Guerra Mundial. Las imágenes, muchas de ellas inéditas según la publicidad, muestran con inusitada crudeza la realidad de un conflicto que produjo más de cincuenta millones de muertos.
En el capítulo final, donde se narra el fin de la guerra, se trata la caída de Berlín y del régimen nazi. Aparecen entonces las terribles imágenes de los cadáveres de Goebbels y su esposa Magda, completamente calcinados, así como los de sus seis hijos, éstos sin quemar, las seis criaturas asesinadas por su propia madre en el búnker de la cancillería de Berlín, donde también se suicidarían Hitler y Eva Braun.
Por eso traigo a colación este libro, donde el engañoso oropel de estas mujeres no es sino el reverso de "glamour" de un régimen siniestro donde los haya. El nazismo ejemplificó el mal como ningún otro régimen político habido sobre la tierra. El mal absoluto y sin paliativos.
En este libro se hace referencia a Eva Braun, Magda Goebbels, Leni Riefenstahl, Carin Goering, Emmy Goering, Geli Raubal, Henriette von Schirach y Gertrud Scholtz-Klink.

(En la ilustración, Magda Goebbels y dos de sus hijas).

Anna Maria Sigmund, "Las mujeres de los nazis". Barcelon, Plaza y Janés, 2000.

En la Casa de los Tiros

20 de enero de 2011


Ayer,en la presentación de "Bitacora de Poseidón" en Granada, pasamos un rato muy agradable. Estuvimos rodeados de amigos y familiares, hablando de la novela y luego charlando en animado coloquio con el público. Las preguntas oscilaron entre la relación del libro con los nuevos soportes electrónicos, hasta la capacidad para crear -o no- lectores del sistema educativo o las virtualidades de un personaje masculino creado, por una escritora, entre otras.
El escritor Francisco Ortiz leyó un texto en el que señaló el humor como uno de los rasgos de la novela, así como el tener un personaje sólido y reconocible más allá de las anécdotas más o menos grotescas que lo rodean. Maldonado, dijo, "es un ser gris, sí, y en su humor hay tristeza pero no es un ser desesperado, no busca excusas para dar la espalda a nadie, no se evade del mundo porque lo desprecie sino porque no sabe estar en él".
Y continuó el también escritor y crítico José Abad con otro texto (publicado en "Granada Hoy" con fecha de 20 de enero) en el que hizo referencia a Maldonado cuya historia "es la de un buen número de ciudadanos, una masa anhelante, encendida por las hogueras del deseo, e íntimamente contrariada, aturdida por los cubos de agua fría de la realidad".

En la imagen, de izquierda a derecha, Francisco Ortiz, Herminia Luque y José Abad en la Cuadra Dorada del Museo Casa de los Tiros de Granada, 19 de enero de 2011.

José Abad, "Maldonado, profesor de instituto". Granada Hoy, 20 de enero de 2011.
Herminia Luque Ortiz, "Bitácora de Poseidón". Sevilla, Paréntesis, 2010.

La felicidad está en los libros

17 de enero de 2011


"La felicidad me hace feliz", ésta es una de las frases emblemáticas de Bob Esponja en un juego interactivo. A mí lo que me hace feliz es hablar de libros, compartir lecturas, ver a los amigos y charlar de literatura...Por eso, cuando me preguntan si estoy nerviosa en este tipo de actos (presentaciones y lecturas) yo digo que por supuesto que no, que es la mejor forma de pasar un rato, estar entre amigos o personas a las que le interese la literatura aunque no las conozca personalmente, y conversar sobre una de las cosas que más nos gusta de este mundo.
La felicidad está en los libros, brota de ellos con la energía genuina de una fuerza real, luminosa y existente. Aunque sé que hay muchos a los que les cuesta creerlo.

La estación azul

16 de enero de 2011



Ayer emitieron por fin la entrevista que me hicieron para Radio Nacional. En realidad tuvo lugar el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, y yo ya casi no sabía si se emitiría o no, por mor de la fecha...Pero no, no había sido ninguna broma de Cristina Hermoso de Mendoza e Ignacio Elguero.
Si le interesa a alguien (¿?) el podcast está en la página de RNE, en "La estación azul", programa de ayer 15 de enero de 2010. Después de una larga entrevista que le hicierona Luis Eduardo Aute, a quien una novela, al contrario que sus aforismos o "poeemigas", le parece un trabajo enorme...Pues sí, qué le vamos a hacer, un trabajazo increíble.

Herminia Luque y su "Bitácora de Poseidón" en la Estación Azul:

La ciudad legible


Venecia es una ciudad sencillamente invivible. No es de extrañar que haya perdido población de forma ininterrumpida en el último medio siglo. Es una escenografía maravillosa pero, eso, escenografía al fin y al cabo. Carece de las posibilidades y los servicios que consideramos imprescindibles en una urbe contemporánea. Sufre, además, peligrosos e incómodos períodos de acqua alta, en los que la laguna vuelve pos sus fueros y se rie de la vana pretensión de los hombres de crear una ciudad anfibia...Y sin embargo es tan legible. Una ciudad sobre la que las ficciones se amoldan a la perfección, ya sean las playas del Lido de la "La muerte en Venecia" de Thomas Mann o los campi y los interiores que nos describe nuestra querida Donna Leon.
Precisamente, una de las novedades literarias que se anuncian para este invierno es una nueva entrega de Brunetti. ¿Qué nos contará la autora norteamericana? ¿Cómo se verá reflejada esa Venecia de libro? Estoy deseando leer de nuevo a Venecia, la ciudad que reconozco y amo en las letras. Como turista, creo que tengo otras prioridades.
("La muerte en Venecia" la leí de adolescente, en un libro prestado del que no conservo referencia; tan sólo el recuerdo del color rosado de la portada).

(En la ilustración, "La Visitación", del pintor veneciano Vittore Carpaccio -1460-1525-, sí, el mismo que le da nombre a esos filetes crudos porque ambos tienen esa suave coloración rosada...).

Thomas Mann, "La muerte en Venecia". Barcelona, Edhasa, 2006.

Donna Leon, "Pruebas falsas". Barcelona, Seix-Barral, 2007.

Presentación en Granada

15 de enero de 2011


Queridos amigos: el 19 a las 19 horas (el miércoles que viene) se presenta "Bitácora de Poseidón" en la Casa de los Tiros de Granada. La faena (sí, menuda les ha caído) corre a cargo de José Abad y Francisco Ortiz, escritores ambos (y buenísimos,como no podía ser de otro modo). Si os viene bien, allí estaremos, unos cuantos amigos hablando de literatura (lo que más nos gusta, o por lo menos lo más confesable de lo que nos gusta en esta vida). Ah, también estará Maldonado...

(En la ilustración, fachada del Museo Casa de los Tiros, en calle Pavaneras,19).

Herminia Luque Ortiz, "Bitácora de Poseidón". Sevilla, Paréntesis, 2010.

Bibliotecas muy personales

13 de enero de 2011


La biblioteca de Alberto Manguel tiene unos treinta mil volúmenes, cifra similar a la del ya fallecido José Midlin; la de Javier Marías, veinte mil...Jacques Bonnet acariciaba la idea de crear una asociación de propietarios de bibliotecas de más de veinte mil volúmenes, rango en el que él se encontraba por supuesto...
Mi modesta biblioteca apenas supera los tres mil. Una cifra ridícula que, es verdad, no deja de crecer pero que ni de lejos se acerca a las de estos monstruos bibliómanos. Y ya tengo severos problemas para colocarlos y, lo más importante, para encontrarlos después cuando los necesito...
Mi biblioteca "ese animal fantástico que sostiene mi vida" como dice Alberto Manguel.

(En la ilustración, la biblioteca de Mondion donde Manguel ordena su tesoro).

Herminia Luque Ortiz

11 de enero de 2011



Me dice mi amiga Laura V. que el negro es mi color favorito...Para que vea que también uso otros colores en mi vestimenta cuelgo esta foto. (Grises, marrones, brillos metálicos me acompañan).



El toque mitológico es muy ligero en esta novela. Apenas una alusión para justificar el comportamiento de la protagonista, que parece haber perdido la razón después de una brutal agresión. El texto entero, por lo demás, es Camilleri puro, con la descripción de esa Sicilia extinta y la vivacidad de sus diálogos y el gusto por las anécdotas divertidas tan característicos del escritor siciliano....más el inevitable crimen como un elemento más de este paisaje siciliano de 1942 (no creo que podamos, por tanto, hablar de "la Italia fascista de principios del siglo XX" como reza la contraportada, tan elusiva que obvia la tragedia que desencadena todo el mal que acucia a los personajes).

En la ilustración, un fragmento de la escultura "Apolo y Dafne" de Bernini).

Andrea Camilleri, "El guardabarrera". Barcelona, Destino, 2010.

El vicio de la lectura

9 de enero de 2011



Este libro diminuto recoge un texto muy corto de la escritora norteamericana Edith Wharton (1862-1937). Una escritora recuperada para el público español a raíz del éxito cinemtográfico de la adaptación de una de su obras, "La edad de la inocencia". Durante mucho tiempo se la consideró como una versión femenina y descafeinada del gran Henry James, de quien fue amiga, pero su literatura tiene entidad propia y cualidades suficientes como para convertir a la escritora en una autora de primera fila. De su vigor creativo e intelectual es muestra este pequeño texto en el que arremete conta las lectores por obligación. Frente a los lectores natos, los que leen porque sí y por tanto tienen siempre tiempo para ello, el lector que se obliga, el "lector mecánico" como ella lo llama, es un lector que no sabe abandonar un libro porque no tiene criterio para decidir si un libro es bueno o malo, ni siquiera si le gusta o no. Aunque quizá lo peor de este lector "mecánico" tan mediocre es que demanda, a su vez, escritores mediocres...
Buena reflexión la whartoniana y no exenta de actualidad.

Edith Wharton, "El vicio de la lectura". Palma, Olañeta, 2010.

El guardabarrera


Ahora sabemos que Vigàta tiene tren. O lo tuvo (no recuerdo a Montalbano subido a este medio de transporte). El tiempo de esta novela es el de una Segunda Guerra Mundial cuyos ecos llegan un poco amortiguados a esta localidad siciliana. Las consecuencias de un régimen político fascista y una sociedad retardataria están sin embargo bien presentes. Una historia sobre el guardabarrera Nino y su esposa Minica en la que a un lenguaje sencillo se le añade un gusto por el detalle y por el color local quizá excesivo. La dimensión mitológica a la que se refiere la contraportada aún no la he encontrado (empecé ayer a leer el libro).
Una preciosa edición, con una portada de regusto pompier, de tapa dura, y un papel ecológico de agradables coloración y tacto. Mi enhorabuena a José Luis Merino por el diseño de esta colección.

Andrea Camilleri, "El guardabarrera". Barcelona, Destino, 2010

La educación de las mujeres

8 de enero de 2011



Choderlos de Laclos no es sólo el autor de la mejor novela epistolar del XVIII ("Las amistades peligrosas") sino ante todo un ilustrado. En este conjunto de ensayos (tres en concreto), que tiene como tema común la educación de las mujeres, se ve a la perfección. Pues finalizando esta centuria este tema tiene todavía un carácter polémico, ya que no todo el mundo está de acuerdo en que deba darse una educación superior a las mujeres, ya que la finalidad social de éstas como esposas y madres no va a requerir más que unos rudimentos educativos...Hay voces autorizadas (desde el ámbito eclesiástico sobre todo) que piensan que la educación es peligrosa para las mujeres, ya que es un medio para corromperlas moralmente. Es decir, es preferible que sean necias y buenas antes que cultivadas y malvadas...Pero Choderlos de Laclos aborda el problema desde un punto de partida insoslayable: si las mujeres no son libres (como no lo eran en la sociedad de su tiempo) cómo va a haber educación. Como afirma " (...) sin libertad no hay moralidad y sin moralidad no hay educación" (página 38).

(Este libro ha sido un regalo de mi amiga Eloísa, a quien se lo agradezco de todo corazón. En la ilustración, Glenn Close como Madame de Merteuil en la película de Stephen Frears "Las amistades peligrosas", de 1988).

Pierre-Ambroise Choderlos de Laclos, "La educación de las mujeres y otros ensayos". Traducción, introducción y notas de Julio Seoane Pinilla. Madrid, Siglo XXI, 2010.

Catulo malagueño

5 de enero de 2011


Ésta es la auténtica fortuna de un poeta: que su obra se siga traduciendo dos mil años después, en contextos histórios muy diferentes, y siga gustando y sorprendiendo al lector que se incorpora al conocimiento de sus poemas...Ése es el caso de este Catulo traducido por la almeriense afincada en Málaga Aurora Luque, y editado por la Universidad de Nuevo León (Méjico). Aquí Aurora Luque ha reunido los poemas que Catulo dedica a su amada-odiada Lesbia, los traduce con libertad y frescura y escribe para ellos una elocuente introducción. En ella nos informa de los motivos que recorren la poesía catuliana: el humor y la conciencia poética. Amén de la archifamosa pasión amorosa que sintió por un mujer casada, Clodia/Lesbia, y que se transmuta en los poemas más feroces y más apasionados a la vez escritos por poeta alguno. Aurora Luque, buena conocedora de la obra de Safo, señala la influencia de ésta en la obra de Catulo, no sólo en cuanto a las formas métricas sino también en cuanto a la franqueza expresiva y la energía erótica.
Como muestra de esa frescura de la traducción, señalo el giro "papeles merdellones", tan malagueño, en que se transforma los cacata carta del poema "Promesa de Lesbia" (página 35); o la expresión "mi chica" que traduce con un aire juvenil el mulier mea catuliano; pero también la delicadeza expresiva del poema "Negra dolencia" en la que el poeta suplica a los dioses la curación de esa "infección", esa "parálisis" que es ese amor insano que aún siente por Lesbia.

(En la ilustración, boquerones, nombre cariñoso que se le da a los malagueños).

Catulo, "Poemas a Lesbia. Taeter morbus".Selección, traducción y prólogo de Aurora Luque. Monterrey, Universidad Autónoma de Nuevo León, 2010.

Regalo de Reyes

4 de enero de 2011


Queridos Reyes Magos:
Desearía que le trajeseis a todos los niños mayores de dieciocho años el estupendo libro "Bitácora de Poseidón". Todos, en mayor o menor grado, han padecido el sistema educativo logsiano y de algún modo pueden ver reflejadas sus vivencias. Y si no, como seres humanos que sufren, se enamoran o tienen gustos personales e intransferibles, se podrán sentir dentificados con el peculiar personaje que es Maldonado (odioso y amable a la vez).
Sin otro particular
La autora

Herminia Luque Ortiz, "Bitácora de Poseidón". Sevilla, Paréntesis, 2010.

El error

3 de enero de 2011


Ya sé que no todas las novelas pueden empezar "La heroica ciudad dormía la siesta", es decir, con una frase redonda, cargada de ironía que, además, encierra toda la esencia de la Vetusta clariniana en seis palabras. Pero si en el primer párrafo se acumula "preciosa morena vestida sólo con un tanga", "agua turquesa del Caribe" y protagonista desgraciado, absténganse, queridos lectores, de seguir leyendo. Si luego aparecen yates y aviones privados y un crimen en lontananza, qué les voy a decir...
Sólo se me ocurre decirles que se vayan a los clásicos del género negro. O, si no la han leído, dedíquense con ardor a "La Regenta". Harlan Coben será uno de los autores más vendidos (no lo dudo, en toda la amplitud semántica de la frase) pero desde luego con mis euros no va a contar de ahora en adelante.
Mi error no fue un día abrir un libro (parafraseandoa Caballero Bonald y a Jack London, cf. José Manuel Caballero Bonald, "Somos el tiempo que nos queda", pág. 455) sino encargar éste sin haberlo hojeado yo antes.

Harlan Coben, "El último detalle". Barcelona, RBA, 2010.

Los infinitos

2 de enero de 2011


Comenzaremos este año con una de las novelas más hermosas del 2010. Con ella se confirma Banville como uno de los mejores escritores en lengua inglesa contemporáneos.
Las primeras palabras que leí de la novela, abierta al azar, fueron "sobacos cebollinos" (página 117). No es desde luego un sintagma que caracterice el contenido de este texto pero sí ejemplifica esos rasgos de humor "marrón" (llamado también, impropiamente, escatológico) del autor irlandés que los mezcla con un tiempo indeterminado en el que es posible que los motores funcionen con agua y que Suecia se haya convertido en un potencia belicosa, y rasgos ucrónicos (como que Isabel Tudor perdiera el trono en favor de la reeina María de Escocia). Si bien lo que caracteriza a esta novela es la mezcla de un mundo humano, con personajes al principio algo indeterminados y marcados por la carga simbólica de sus nombres (Adam, Helen), con un mundo de dioses inmortales, que narran y a la vez se entremezclan en la ficción narrativa con sus criaturas humanas. Ellos son, al fin y al cabo, uno de los infinitos posibles frente al finito de necesidad que es el ser humano.
La escritura de Banville va entretejiendo un tapiz maravilloso en el que no hay que buscar un fin catártico o aleccionador, sino disfrutar de cada entrecruzamiento de los hilos de la narrativa, de la riqueza de sus matices y su colorido inigualable.
Una novela deliciosa para empezar temporada literaria. Y prescindr de otros insufribles productos editoriales (de la misma factoría, incluso: ver entrada anterior).

(En la ilustración, una perspectiva poco usual del Hermes atribuido a Praxíteles, siglo IV a.C.).

John Banville, "Los infinitos". Barcelona. Anagrama, 2010.