El poeta malagueño Emilio Prados (1899-1962) tuvo la mala suerte de morirse en primavera. Un 24 de abril para ser más exactos -abril, en contra de lo que parece, es un mes frío y tan desapacible como la misma muerte.
Tuvo también el poeta malagueño otra malas suertes, la de morir en el exilio mexicano, por ejemplo.
Contra la mala suerte -llámese destino o coyuntura histórica- siempre nos quedará la palabra. Palabras para celebrar, palabras para recordar. Para congratularnos los mortales de estar vivos: ayer mismo en el bellísimo acto con la evocación de su figura y la lectura de los poemas de Emilio Prados y los poemas que otros le dedicaron.
El director del Centro Cultural, José Antonio Mesa Toré, abrió el acto señalando el "cartel de lujo", los invitados allí presentes: Francisco Chica, especialista en la obra de Emilio Prados; Lorenzo Saval, sobrino-nieto de Prados; y los poetas María Victoria Atencia y Pablo García Baena.
Comenzó Lorenzo Saval con un emotivo homenaje a la figura del poeta, leyendo el texto "Ausente presencia de Emilio Prados". Y recordando la espléndida exposición que se hizo en 1999 con motivo del centenario del nacimiento de Prados. "Vivan las efemérides" había dicho Saval al comienzo de su alocución. Y viva la poesía. Esa poesía que, como dijo el poeta a la madre de Lorenzo en una carta, "es la que nos salva hoy y en el futuro".
A continuación, Francisco Chica hizo referencia a algunos asuntos prácticos Es decir, a cosas que habría que hacer para honrar la memoria de Emilio Prados -y de la generación del 27 en su conjunto- y resaltar, de paso, la vinculación con esa Málaga centro de la modernidad en ese primer tercio del siglo XX. Como hacer un pequeño museo dedicado a la figura del poeta y el grupo poético. O abrir la imprenta Sur al público -las mismas máquinas que con tanta pasión movió el impulso de Emilio Prados, la riquísima colección editorial que produjo. O editar los versos y la prosa de Prados aún inéditos. O crear becas de investigación sobre su obra poética.
La poetisa María Victoria Atencia quiso dar voz a la obra de Prados, leyendo con exquisita y emocionada dicción tres poemas: "Ángel desnudo", "Cantar triste" y "Canción". Fue emocionante escuchar la belleza de los versos de Prados en la bella voz de la escritora.
Y, por último, no fue menos emotivo escuchar en la voz de Pablo García Baena los poemas que Prados publicó en la revista "Caracola", ambos en 1954: "Rosa ángel" y "Mayo es abril". Y asimismo el poema "Memoria del olvido", que dedicó a Prados y que aparece en su libro "Antes que el tiempo acabe".
Un hermosísimo homenaje, en fin. Ni superficial ni redundante. Pues, como escribí en otro lugar, nunca serán suficientes todos los homenajes posibles a los poetas. Los fieles, arriesgados, los tozudos orífices de la palabra.
Pablo García Baena, "Antes que el tiempo acabe". Ediciones Cultura Hispánica del Centro Iberoamericano de Cooperación, 1978.
Emilio Prados, "Poesía completa". Visor Libros, 1999. Carlos Blanco Aguinaga y Antonio Carreira (eds).
(En la fotografía, a la izquierda, el poeta cordobés Pablo García
Baena y, a su lado, el poeta y profesor Francisco Ruiz Noguera, quien
asistió también al acto).
Centro Cultural Generación del 27, Málaga. C/ Ollerías, 34, jueves 26 de abril de 2012.
Prados en primavera
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27 de abril de 2012
Publicado por HLO en 20:41
Etiquetas: Centro Cultural Generación del 27 de Málaga
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1 comentarios:
Totalmente de acuerd:, nunca serán suficientes los reconocimientos a los poetas. Muy bonito todo, compi, un beso.
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