Según la solapa de los dos volúmenes de Stieg Larsson publicados en Destino ("Los hombres que no amaban a las mujeres" y "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina"), el autor falleció "inesperada y trágicamente" a los cincuenta años de edad (en 2004). Hombre, no sé: toda muerte tiene un componente trágico inexcusable. Pero quizás al anónimo redactor de la solapa le parezca especialmente trágico que Larsson no llegara a ver publicada ninguna de las tres novelas que componen su trilogía. Es decir, que no disfrutó, no ya del éxito comercial explosivo que tiene su obra, sino del placer extraordinario que supone para un escritor ver impresas las letras que él pergeñó, en silencio y en la soledad absoluta del creador, ante la pantalla de su ordenador...
(Sí: el fetichismo del libro impreso aún existe, aunque no sabemos por cuánto tiempo)
Pobre Larsson
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22 de marzo de 2009
Publicado por HLO en 11:42
Etiquetas: Stieg Larsson
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2 comentarios:
Pobrecito, sí.
Sugerentes tus lunares, amiga.
Te enlazaré en cuanto pueda.
Un besote
A mi me encanta Larsson. A ver lo que hacen con él al llevarlo a la pantalla.
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