En Carmona

5 de mayo de 2013























Ayer se realizaron las mesas redondas dentro del "IV Encuentro Hislibris de Literatura Histórica" de Carmona. Fue una mañana estupenda, en la que hubo la posibilidad de intercambiar opiniones y exponer el punto de vista de los creadores -y de los lectores también-  sobre la novela histórica.
En la mesa en la que yo participé se habló de la relación entre  la novela histórica y la historia del arte.
   El catedrático de Historia del Arte y escritor Arsenio Moreno habló de la Historia del Arte, desde sus orígenes en el Vasari -cuyas "Vidas" contienen elementos puramente novelescos-, hasta su independencia como disciplina a la par que se consolidaba la propia autonomía del artista; habló, asimismo, de novelas en las que la obra de arte es protagonista ("Nuestra Señora de París", de Hugo; "La obra de arte desconocida", de Balzac) y de novelas que tienen a artistas como protagonistas (de Miguel Ángel a Caravaggio, de Artemisia Gentileschi a Camille Claudel).  Precisamente sobre Caravaggio -su época maltesa- prepara la escritora Olalla García su próxima novela, y así nos lo manifestó, junto con su admiración por la obra de este pintor que tiene una vida tan llena de claroscuros como su propia obra.
   Por otro lado, María José Rubio -autora de importantes ensayos históricos sobre la realeza española, por ejemplo "Reinas de España", su obra más reciente- habló, desde su experiencia como creadora, sobre la aportación externa e interna de la obra de arte en la novela; en el primer caso resaltando su papel fundamental en el proceso de documentación, y en el segundo, como escenario y como protagonista de la narración (bien el artista o su obra). Por mi parte, yo hablé de los orígenes de la novela histórica (Walter Scott) a la par que del surgimiento y consolidación de la propia historiografía y la Arqueología; luego me referí a las funciones de la obra de arte en la novela (como refuerzo de la verosimilitud, como referencia que sirve de puente con el lector, como estímulo para la imaginación del autor, o sea para la creación de un mundo autónomo y valioso con la palabra, sin olvidar la necesaria inserción en un registro narrativo adecuado.

Arsenio Moreno, "El caballero indeterminado". Sevilla, Algaida, 2009.
Olalla García, "El jardín de Hipatia". Madrid, Espasa, 2009.
María José Rubio, "El cerrajero del rey". Madrid, La Esfera de los Libros, 2012.
Herminia Luque, "El códice purpúreo". Sevilla, Paréntesis, 2011.

(En la fotografía los escritores Arsenio Moreno, María José Rubio, Herminia Luque y Olalla García).

0 comentarios: