Las malas, malas de verdad, como vecinas deben ser insoportables (no digamos ya como parte integrante de la parentela o dentro del mismo matrimonio). Pero como personajes literarios dan mucho juego. Eso ya lo sabía Álvaro Pombo que quiso hacer una novela con un personaje femenino como protagonista, una mujer buena de verdad, y el caso es que no recuerdo ni en qué novela era. Las chicas buenas, ya se sabe, van al cielo, y las malas a todas partes.
Lo que pasa es que es muy fácil, para el escritor, pasarse y dibujar una caricatura en vez de un personaje con trazos firmes y memorables. O que resulte, simplemente, una figura odiosa.
(En la ilustración la Salomé -típica mala fin de siècle- de Leon Herbo)
Malas de verdad
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3 de abril de 2011
Publicado por HLO en 13:17
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1 comentarios:
Pues sería magnífico leer algo sobre un Maldonado mujer que no supiera si es buena o mala.
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