Una de las peores cosas que le pude pasar a un autor es convertirse en personaje literario. De otra obra literaria, no de la suya, se entiende (entonces estaríamos ante una autobiografía que es un género casi tan legítimo como otro cualquiera).
Cyrano de Begerac tuvo la mala fortuna de convertirse en personaje de manos de un mediocre dramaturgo decimonónico. Y aunque así haya logrado sobrevivir hasta nuestros días (y pasar por el teatro y la cinematografía y ser algo más connocido que sus contemporáneos), su dimensión literaria y filosófica ha quedado tan maltrecha que no merece la pena.
Savinien Cyrano de Bergerac (1619-1655) fue un escritor irregular, autor de las cartas que hoy traemos a colación, pero también de la que es considerada la primera novela de ciencia-ficción El otro mundo. Sobre todo esto es filósofo, un filósfo libertino, es decir, que reivindica la libertad de pensar frente a cualquier tipo de coacción o imposición externa, sea ésta la tradición, la autoridad o las creencias comunes.
En estas cartas sentimos que sus sátiras no están a la altura de su pensamiento (es un pesado de tomo y lomo) y que su retórica amorosa cae en los más lamentables quiebros chuscos ( o cómo se le puede decir a una dama "Abrasado como estoy ya no me atrevo a caminar por las calles para que los niños no me rodeen de cohetes...",pág. 203). Y sin embargo tiene chispazos, fogonazos de auténtica brillantez que lo salvan a pesar de sí mismo.
Así escribe: "sabed que el hombre ha de sufrir dos muertes en la tierras, una violenta, que es el amor, y otra natural, que nos devuelve a la indolencia de la materia."(pág. 201). Toma ya, por si la dama se hacía iluisón con mundos ultraterrenos...
Cyrano de Bergerac, Cartas satíricas y amorosas completas. Madrid, Páginas de Espuma, 2009. Edición a cargo de Mauro Armiño
Cyrano
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29 de agosto de 2011
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2 comentarios:
El comentario de "abrasado..." es genial. Ya quisieran muchas monologuistas televisivas tener esa chispa de humor. Aunque sea involuntaria.
Que sigas disfrutando con el viaje.
Querido JAMS, ya veo que el humor de Cyrano sigue funcionando; él estaría encantado de saberlo.
Y no, ya no estoy en Milán, sólo colgada todavía de Milán, como me pasé una semana antes preparando el viaje, colgada del plano y de lo que vería en la ciudad...
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