Pasas dos veces al día al lado de una lámina de agua. Aguas estancadas que un día fingen ser un lago alpino que se tiende reflectante y dócil a la mirada; otras se transmutan en fosa tectónica tropical, verdosa y sucia, ahíta de cadáveres de rumiantes. Pero es un lago suizo el que se me cruza en especie literaria y una ciudad, Lausana, como título de novela. Qué puedo hacer sino abandonar todo lo demás -novelas, hombres, aguas- y sumergirme en el flujo opaco de sus letras. La escritura es tan atrayente que no sé cómo ni en qué estado volveré a la superficie. Después de ella.
Antonio Soler, "Lausana". Barcelona, Mondadori, 2010
Lausana
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13 de mayo de 2010
Publicado por HLO en 18:13
Etiquetas: Antonio Soler
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2 comentarios:
Sumergete¿?-...........
En ello estoy, Antonio.
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