En esta novela, como en las últimas del Alfabeto del crimen, Sue Grafton abandona a trechos a su criatura de ficción -Kinsey Millhone- para prestarle vida narrativa a otros personajes.
Aquí va alternando personajes diferentes, de modo que Kinsey, tan metomentodo como siempre, no protagoniza todo el decurso narrativo.
Uno de los personajes que asume ese protagonismo es Nora. El capítulo 5, dedicado a ella -siempre en tercera persona, por contraposición a Kinsey, quien habla en primera persona- es un auténtico relato que funciona por sí mismo. Pero, claro, nos quedamos con ganas de saber más, con cierta curiosidad malsana (lo más parecida al cotilleo que conozco)
¿Qué será de la bella Nora y de su impresionante colección de trajes de noche? Incluido ese blanco Gucci que la amante de su marido tiene el mal gusto de ponérselo sin su permiso...
Sue Grafton, "V de venganza". Barcelona, Tusquets, 2012.
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