El autor disfruta leyendo sus poemas y eso se nota. Nos deleitó leyendo La España de la Transición, El alcohólico, Cambrils, Vilas y Velasco, El Españoleto o esa fantástica Ciudad Vilas donde todo es posible, incluso que allí vivan -felizmente casados- el conde de Montecristo y madame Bovary.
Como señaló el autor, ha salido indemne de la proeza de titular obras suyas "España" o "Amor. Poesía reunida". No nos cabe la menor duda de que también sobrevivira a este "Gran Vilas". Incluso habiendo cerrado su libro con un poema titulado The end en el que imagina su propia muerte a los ochenta y nueve de su edad, perfectamente lúcido e iluso a la vez, bienhumorado, con su toque gamberro como el mismísimo Gran Vilas -no sé si el literario o el real.
Como se lee en el poema más breve del libro titulado Vilas forever, "Euforia y longevidad/cadena del amor". Eso, Vilas en estado puro en cada uno de sus poemas, Vilas humorístico y tierno, eterno y aferrado a la tierra y a sus palabras siempre.
(En la fotografía, Manuel Vilas y Herminia Luque Ortiz).
Manuel Vilas, "Gran Vilas". Madrid, Visor, 2012.
Centro Andaluz de las Letras, Málaga. 8 de junio de 2012
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