Ayer tuvo lugar, en el Ateneo de Málaga, la presentación del libro de José Miguel Desuárez "Cuentismos y espejos".
Como señaló el editor, Francisco Javier Torres, la obra mereció el Premio Tiflos de Cuentos en su vigésima primera edición.
Asimismo, Torres aludió a la magnífica elegancia de los relatos que componen el volumen (cinco en total); artefactos de estirpe perequiana (en alusión a la declarada influencia de Georges Perec) que funcionan a la perfección.
A continuación, el escritor Juan Ceyles Domínguez habló de la capacidad de José Miguel Desuárez para transformarse, de cambiar de registro en cada relato para homenajear a escritores tan dispares como Perec, Richard Bach o el anónimo autor del Lazarillo.
El tiempo, nos dijo luego el autor, es el principal tema del libro. De hecho, el último relato se titula "La liberación del tiempo". También nos confesó que quiere hacer una "literatura feliz", una obra que sirva como entretenimiento pero que sea a la vez sólida; una solidez que parte desde el mismo fonema. Así encontramos en el libro un relato escrito entero sin la letra "a", con un epílogo que sólo contiene la letra "a" (cf. "¿Hallará Amanda a la falsa hada, agachada tras la mampara blanca, para matarla al alba?"). Comprendemos entonces por qué el ilustrador de la portada (Chema Lumbreras) ha escogido la imagen de un revólver que hace fuego sobre una mayúscula letra A....
Pero no todo es juego. En el libro hay reflexión y profundidad, sin renunciar al juego. Juan Ceyles comparó su literatura con el ajedrez, el juego intelectual por excelencia; el libro como tablero de ajedrez en el que hay que adivinar, no la siguiente jugada, sino cómo piensa el otro.
(En la fotografía, José Miguel Desuárez y Herminia Luque Ortiz).
José Miguel Desuárez, "Cuentismos y espejos". Benalmádena, e.d.a. libros, 2011.
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