Mary Wollstonecraft es conocida sobre todo por poner la primera piedra del edificio del feminismo tal y como lo conocemos ahora. No es protofeminista, como se dice en el prólogo de la obra, sino que es la piedra de toque, el cimiento de un pensamiento que busca la igualdad de derechos entre hombres y mujeres (éste y no otro es el fundamento del feminismo contemporáneo). Es verdad que hubo predecesores en este intento de establecer una igualdad real entre sexos atendiendo, sobre todo, a la igualdad de la razón entre hombre y mujeres, pero la igualdad basada en derecho sólo puede hacerse cuando la noción de derecho humano se consolida y puede aspirar a una concreción jurídica.
Aquí Mary Wollstonecraft es novelista. Una novela en la que muestra -de un modo demasiado transparente- el alma de la autora de idéntico nombre, además, al de la protagonista. Pues mediante las digresiones que intercala podemos conocer aspectos de un pensamiento y que, a mi entender, van a influir en su pensamiento feminista lastrándolo. A saber, un puritanismo religioso, una moral cristiana anti-epicúrea que quedaría asociado al feminismo. No. El feminismo no es un rigorismo moral, sino un consenso de mínimos para lograr una igualdad de derechos. No equivale a excelencia moral ni a superioridad de sentimientos ni nada parecido.
La obra, bellamente editada por Araña editorial tiene un error imperdonable en la traducción: en la página 27 se traduce “foto” en vez de “retrato”, anacronismo absoluto en una obra escrita en….1787.
Mary Wollstonecraft, “La novela de Mary”. Valencia, La Bella Araña, 2010.
2 comentarios:
Muchas gracias por el post.
De nada. Reitero la satisfacción que me ha producido encontrar editada esta obra que sólo conocía por referencia y la bellísima edición.
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