Esta es la típica novela que has visto citar cientos de veces pero que no has leído. Y cuando te acercas a ella, te sorprende de verdad. Yo esperaba encontrarla más decimonónica, es decir, más retórica y digresiva. Y aun cuando existan esas digresiones, el comienzo tan primario, tan conectado con las realidades primarias de esos jovenzuelos en el frente, te impacta.
Por cierto, que aquí también hay un evacuatorio colectivo como en la novela de Koestler "Espartaco", un lugar donde defecan y charlan alegrement los muchachos-soldado. La crudeza de la guerra, sin embargo, entre esos rasgos de humor inevitables, salta como metralla sobre los ojos de los lectores; la crudeza y la imbecilidad suprema que es toda contienda. Toda contienda, entiéndase, que no sea defensiva: la Segunda Guerra Mundal lo fue frente a la agresión nazi. pero la Gran Guerra, la primera, fue una auténtica estupidez colectiva en la que los jovencitos de clase media y alta corrían a alistarse como voluntarios en el ejército completamente alborozados. Inflamados muy oportunamente por fariseos coo el maestro Kantorek, "un hombre severo y menudo, con levita gris y rostro afilado" (pág.15) que consiguió que toda su clase se alistase al completo.
(En la ilustración, Erich María Remarque y sus esposa, la actriz Paulette Goddard).
Erich María Remarque, "Sin novedad en el frente". Barcelona, Edhasa, 2010 (1929).
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1 comentarios:
Pendiente la tengo de lectura, quizá porque también estoy con otra de guerra y que es una obra maestra absoluta. Ya te hablaré de ella.
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