Un libro llama a otro libro. Esta imagen del artista lituano Kestutis Kasparavicius podría ilustrar a la perfección esta idea: los libros no tienen vocación de soledad, de unicidad. En el caso de la literatura negra es doblemente cierto: la serialidad es una de sus características. Un caso llama a otro caso. Pobre del autor de una sola novela policíaca; pobre del policía de una sola novela.
Un libro llama a otro libro.
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9 de mayo de 2009
Publicado por HLO en 18:44
Etiquetas: libros lectura
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4 comentarios:
Completamente de acuerdo y me encanta la ilustración.
Un beso
Gracias, amiga.
Herminia
Completamente de acuerdo: como una patata frita llama a otra.
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