Los documentos ejercen sobre el escritor una atracción irresistible. Cuando accedemos a determinados formatos (documentos ológrafos, autos judiciales, actas de inspección ocular policiales...), sabemos que en el fondo de ellos late un pulso narrativo insoslayable. Como abogado, Lorenzo Silva no puede dejar de sentir la tentación del documento y en la novela corta "El urinario" (el ejemplar que yo poseo es la reedición en la colección Booket de Destino de 2008, pero la primera edición data de 1999),presenta su narración como parte de las diligencias de determinado juzgado de instrucción madrileño...El escritor francés Jean Marie Le Clèzio (premio Nobel 2008) también "reproduce" en "El atestado" (Madrid, Cátedra,1994) los cuadernos de "Adam Pollo, mártir", encontrados por casualidad en los váteres de caballeros del Torpedo Snack Bar. Pero la lectura del francés es increíblemente más farragosa que la de Silva. Ventajas del leguleyo, tal vez.
Urinario.
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14 de mayo de 2009
Publicado por HLO en 22:01
Etiquetas: Lorenzo Silva
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2 comentarios:
Tienes razón: es mejor Silva que el franchute.
Lorenzo Silva es una auténtica "silva de varia lección"
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