Esjaton

6 de diciembre de 2009

A una tía mía, de igual nombre -Herminia-, le dijeron una vez este piropo escatológico: "Qué lástima que ese cuerpo se lo tengan que comer los gusanos". A mí me pareció la cosa más horrible que se puede decir a persona humana. Pero, andando el tiempo, he llegado a vislumbrar toda la filosofía vital que encerraba la frase, de un hedonismo pimpante. Amén de la tradición funeraria aneja -la inhumación. Frente a esa otra práctica en auge,la cremación, que a mí me parece francamente detestable. Como el piropeador de marras pienso: que disfruten también los gusanos. Digo yo.

(La señora de la fotografía es Maureen O´Hara).

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