Un turista visita la plaza de la catedral. Con disgusto comprueba que el lugar está ocupado por un acto político: el primer ministro del país está dando un mitin. De repente ve cómo se forma un tumulto: el primer ministro ha sido agredido y sangra abundantemente. Un perturbado mental le ha arrojado al rostro, desde una escasa distancia, un souvenir de plástico y yeso. Cuando lo detienen aduce: "Yo no he sido, yo no soy nadie".
El turista ha visto algo sorprendente pero no sabe si contárselo en a la policía.
Al día siguiente, una prostituta que acaba de publicar un libro sobre sus andanzas con el primer ministro pospone su presentación.
Bonito arranque para una novela negra ¿no?
Ficción
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16 de diciembre de 2009
Publicado por HLO en 18:50
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1 comentarios:
Las amantes del cacique de las televisiones, tal vez carezcan de la dignidad de las prostitutas...
¿Dije hola?.
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