No es algo morboso, ni un prurito necrofílico refinado: es un acto de justicia.
Hay que rescatar los huesos de Federico. Hay que rescatar físicamente sus restos; no nos vale recuperar sólo su obra ni, menos aún, sólo su nombre a modo de icono o arma arrojadiza. La obra literaria la hizo el hombre que reposa como un perro en una fosa sin nombre. Con las técnicas existentes, se escribiría la historia forense de los últimos momentos de vida de Federico. No es algo baladí que rescatemos el cráneo que contuvo tantas imágenes literarias veraces,tanta fantasía poética hermosa y duradera.
No le neguemos a Federico una tumba digna. Los cadáveres también tienen su dignidad (son el resto de la corporeidad que fue) y a Federico no se le puede negar por más tiempo.
Federico García Lorca (1898-1936), poeta y dramaturgo.
Los huesos de Federico
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15 de septiembre de 2009
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