En el siglo XIX no fue infrecuente el cambio de sexo literario. Grandes escritoras como Mary Ann Evans o Aurore Dupin optaron por firmas masculinas y así quedaron para la posteridad como George Eliot y Georges Sand. Las razones de dicha elección estribaban en el difícil acceso de las mujeres a la autoría. Ser escritora equivalía, en el XIX, a ser arrojada a la publicidad del siglo, es decir,a ser desterrada de la privacidad de lo doméstico, el ámbito por excelencia de la feminidad más aquilatada. En otras palabras, las mujeres que escribían ean tachadas de marimachos o de cosas peores.
Más raro es, ya a finales del siglo XX, el travestismo literario. Yasmina Khadra es el alias femenino de un ex comandante del ejército argelino, Mohamed Moulessehoul. Al parecer, la elección del pseudónimo se hizo por razones de seguridad. No debe resultar fácil denunciar la corrupción y lacras aún peores en democracias tan peculiares como la argelina.
Pero la elección de un nombre de mujer me resulta un tanto enigmática. Leo la novela y un tufillo machista se eleva desde sus páginas. Ah, si Yasmina fuera Yasmina. Otro gallo cantaría.
Yasmina Khadra, "La parte del muerto". Madrid, Alianza, 2006.
Travestismo literario
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14 de septiembre de 2009
Publicado por HLO en 12:30
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4 comentarios:
Si no me equivoco, Yasmina Khadra es el nombre de su nujer, que el autor adoptó a propuesta de ella.
La parte del muerto no me gustó, me quedo con la primera de la trilogía de Argel, Morituri.
Pues no lo sabía. Mira que no tomarse siquiera la molestia de inventarse un nombre...Habrá reclamado el copyright la parienta...
(Hola Ricardo)
Los hay que por no matarse los cascos...
Ah, y en La Balacera, un avance de lo que está por venir en el .38
Pues qué mal rollito, tan machista después de que su mujer le ha cedido el nombre ¿y es para evitar que se venguen con él?
Ah, bueno, pues que la maten a ella, no??
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