El libro viene -cosa rara- cuidadosamente envuelto en plástico transparente. Lo retiro y compruebo que, junto a la novela de más de setecientas páginas, hay ....un recetario de cocina. Yo (que jamás en mi vida he comprado un libro de cocina) veo con sorpresa que está escrito por la propia autora. Son recetas tradicionales, como el cocido madrileño o las migas con chorizo, que la protagonista, Inés, conoce y hace a lo largo de la novela.
No salgo de mi perplejidad: de acuerdo, para una señorita de pre y posguerra eso está muy bien (si es que apenas sbían hacer otra cosa) pero ¿por qué una escritora de fuste le dedica tanto tiempo a eso? ¿Es una pura concesión comercial de Tusquets? ¿Qué necesidad había de ello?
Es que siempre estamos en lo mismo, entre recetas y costuras, resulta muy difícil sacudirse ciertas etiquetas y colocarse ya, de una maldita vez, en la Literatura con mayúsculas y sin distingos de género. No creo que sea el caso de Almudena, que ha demostrado de sobra su competencia literaria, pero no sólo hay que serlo sino hasta parecerlo en los detalles más nimios.
Almudena Grandes, "Inés y la alegría". Barcelona, Tusquetes, 2010.
Inés y la cocina
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6 de febrero de 2011
Publicado por HLO en 8:51
Etiquetas: Almudena Grandes
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5 comentarios:
Ayyyy... ¿cuánto tiempo necesitaremos para que no nos asocien por ser mujeres a los pucheros? Será una concesión editorial ¿no? pero siempre son del mismo cariz. Por cierto, acaba de llegar a mis manos el libro, sin recetarios porque es del Cículo de Lectores... pero tendrá que esperar.
Acabo de terminar "Los infinitos".
Un abrazo.
Yo llevo unas doscientas páginas, lo comentaré más tarde, y está interesante. Pero lo de las recetas desconcierta, la verdad.
¿Te ha gustado "Los infinitos"? Qué buen escritor, Banville. Aunque al final no sé, uno espera que ocurra algo mágico o desmesurado y sólo es la vida....
Un abrazo
No he leído el de Almudena Grandes, pero sin duda el hecho de adjuntar un libro de recetas me parece una concesión comercial, como tú dices. Y claro, como citas, las costuras, no me puedo resistir a comentar el libro de María Dueñas, el Entre costuras, que rehusé leer hasta que me lo impusieron las circunstancias y mis hermanas: previsible, pueril, ñoño. (Disculpas por la intromisión pero me apetecía soltarlo)
María José, qué trío de adjetivos tan bonito: previsible, pueril, ñoño...
De modo que ni se me ocurra leerlo por equivocación (a mí también me lo recomendaron pero resistí).
Un abrazo
Voy a discrepar un poco, es verdad que tiene una parte de previsible y de excesiva (ya pasan cosas que te dejan costernada) pero la primera parte de la novela me parece bastante buena. Hmmm... yo sí la leería HLO... jajaja ... bueno es que la he leído, claro.
Respecto a la novela de Banville, es cierto, parece que esperas algo extraordinario y no llega... me ha gustado mucho su sentido del humor y la reflexión que hace sobre la envidia de mortalidad (de amar) de los inmortales... INteresante, gracias por tu consejo.
Un abrazo.
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