Esta novela de Ismail Kadaré no es una novela negra. Pese a la faja publicitaria, pese incluso -me atrevería a decir- a los editores.
No es una novela que se pueda adscribir al género porque toda la narración está envuelta en un halo de bruma que casa mal con las convenciones del género negro. Una bruma poética que elude las descripciones detallistas y los diálogos verosímiles. Incluso los signos convencionales de los diálogos, como son los guiones.
El comienzo bien podía ser el de una novela "polar" convencional: en un extraño accidente de tráfico muere una pareja, Besfort Y,. y Rovena St. El conductor del taxi, malherido, hace una extraña declaración diciendo que antes de salirse de la vía vo algo extraño por el retrovisor: la pareja intentaba... besarse.
La debilidad de la anécdota no empece una escritura a ratos mágica, a ratos levemente irracional, con la que se explora, más que un conflicto de dimensión internacional (la guerra de los Balcanes), que sirve como marco algo distante de la narración, la insondable relación que a veces establecen los humanos y que llaman amor.
(La ilustración es un óleo de Alfonso Ponce de León titulado "Accidente", fechado en 1936).
Ismaíl Kadaré, "El accidente". Madrid, Alianza, 2009.
El accidente
Tweetear |
22 de noviembre de 2009
Publicado por HLO en 9:02
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario