La muerte del joven bitinio sigue envuelta en el misterio, como conviene al mito. La realidad nunca se compadeció bien con las historias amorosas, de modo que a éstas les conviene zonas de sombra a discreción. Lo único que sabemos es que Antinoo murió ahogado en el Nilo y fue divinizado. El emperador Adriano mandó erigir estatuas del joven, que quedó así inmortalizado con su juvenil belleza.
¿Se suicidó Antínoo para que los hados protegiesen a su amado, el emperador? ¿Sucumbió a una intensa melancolía, como sugieren otros? ¿Fue un accidente trivial lo que lo hizo acceder al número de los inmortales? La emperatriz Sabina, es fama, no derramó ni una lágrima por el infortunado joven.
Muerte de Antínoo
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10 de noviembre de 2009
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