Si por su amante hubiera sido, ella hubiera perecido en cualquier campo de exterminio. No habría escrito la mayor parte de su obra filosófica, como "La condición humana", obra fundamental del pensamiento del siglo XX. Ella era la alumna brillante, él el filósofo consagrado. Es difícil saber qué clase de relación hubo entre ellos, si fue un deslumbramiento mutuo o hubo un amor verdadero entre la joven judía y el alemán neto.
Heidegger, es bien sabido, bajó la cerviz ante el poder nazi. Ella tuvo que huir y acabó instalándose en Estados Unidos.Aún así, pasada la guerra, ella reanudó la amistad y visitó al filósofo en su residencia alemana. Hannah publicó "Los orígenes del totalitarismo", un libro que le valió el reconocimiento internacional. Pero tal vez siguió amando al cómplice de los que la hubieran mandado a la muerte sin pestañear.
Elzbieta Ettinger, "Hannah Arendt y Martin Heidegger".Barcelona, Tusquets, 1996.
Hannah Arendt
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15 de noviembre de 2009
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1 comentarios:
A esta chica también me la debo.
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