Antes yo era mujer de un solo libro; es decir, cogía uno y, hasta que no me lo terminaba, no empezaba otro. Y así en una suerte de monogamia sucesiva. Pero de un tiempo a esta parte observo cambios preocupantes en mi conducta: no me termino algunos, tengo empezados varios a la vez; e incluso se agolpan algunos volúmenes prácticamente intactos en las mesas de mi estudio.
Ahora, por ejemplo, mientras estoy con "La leona blanca" mankelliana, he semiabandonado a a Rebus, que allá me esperará en su Edimburgo literaria hasta que decida volver con él. Y la Dalia negra me va a esperar sentada porque eso de los boxeadores me aburre muchísimo. Hoy, encima, me he comprado mi séptimo Lorenzo Silva, "El blog del inquisidor".
¿Estaré necesitando una terapia a lo Tiger Woods pero en libresco? Entretanto, leeré algo de ensayo para ver si clarifico mis ideas (Zygmunt Bauman, "Mundo consumo". Barcelona, Paidós, 2010).
(En la ilustración, el colofón de la Biblia mozárabe de León, del siglo X -de cuando sólo había un libro de verdad).
De un sólo libro
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27 de febrero de 2010
Publicado por HLO en 17:35
Etiquetas: libros lectura
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1 comentarios:
Bauman me interesa: acuérdate de contarme, compi.
un besote y hasta mañanita.
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