Urogallo

26 de febrero de 2010

En "La leona blanca" el padre de Wallander no sólo piensa casarse con una mujer treinta años más joven que él, sino que sigue pintando urogallos. Atardeceres con o sin urogallo, a petición del comprador. Wallander ya se ha acostumbrado a esta rareza pero pensar en el matrimonio de su padre lo pone enfermo.
Es una pena que las cosas y los personajes no viajen de unos ciclos novelescos a otros: ya podríamos tener otra alternativa para la U de nuestra detective Kinsey Milhone...
Yo me pienso saltar esta norma algún día y le pediré prestado a Alfonso Salazar su detective Matías Verdón para que se cruce en la vida de mi detective o de mi comisario favorito. Porque Mankell no creo que me deje su urogallo.

Henning Mankell, "La leona blanca". Barcelona, Tusquets, 2009.

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