Promesas cumplidas

13 de julio de 2011

Abundan -en estos relatos-los matrimonios felices. Abundan los personajes con nombre de literato: Poe, Gide, Proust, Voltaire, Defoe, Shaw. Pero Proust no es Proust y su magdalena sino un jefe de almacén, y Gide es Oliver Gide, un abogado hasta el gorro de las insidias de su profesión. Abundan los tipos semimelancólicos y las situaciones mediotrágicas: la crisis económica se agazapa, la medianía de la edad también amenaza. Abundan las referencias (abren los relatos) a una publicidad absurda, llena de rasgos cómicos, risible si no tratara -como tantas engañifas de la vida- de embaucara listos y a incautos sin distinción.
Abunda, en este conjunto de relatos, una visión compasiva de la realidad, una mirada agridulce que a veces puede estallar en esplendoroso cuento de hadas (On the air) o en relato acre y desencantado (Gabinete Foreman) o en melancólico discurso de la vida (La señorita Margot).
Abunda la buena literatura en estos relatos, más allá del zumo moral que cada uno pueda extraer de ellos: la pulpa es esa escritura de difícil sencillez, con un vocabulario específico cuando se necesita (cf, "parata", pág. 55) o hermosas metáforas con neologismos de invención busutiliana ("ella se asirena en la piscina y se agatuna en el gimnasio" (pág.18).
Un conjunto de relatos no demasiado abundante (querríamos más) en el que la literatura cumple fielmente sus promesas.
Un libro muy recomendable para este verano. Que lo disfruten.

(En la fotografía, Guillermo Busutil con fondo libresco).

Guillermo Busutil, "Vidas prometidas". Zaragoza, Tropo Editores, 2011.

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