En su novela "La calavera bajo la piel" la escritora P.D. James se burla de ciertas novelas policíacas de los años 30 en los que "la dama joven se llama Bunty,el héroe Clive (...)y no hacen otra cosa que salir por grandes ventanales".La referencia a Ágatha Christie es demasiado obvia. En "El secreto de Chimneys" aparece, en efecto, como personaje la joven Bundle, hija del apático lord Caterham. Este personaje femenino cobrará mayor protagonismo en "El misterio de las siete esferas", de algún modo continuación de la obra anterior, sobre todo porque se resuelve el enigma del futuro amoroso de la joven Bundle. Pero hagamos un poco de historia: ambas novelas se publican en los años 20, "los felices años 20". La Europa de entreguerras vive una época de calma que se transforma en un frenesí de vivir. Hay un nuevo tipo de chica, más desinhibida, más activa, que rompe con los esquemas de la feminidad tradicional. No es, en sentido estricto, "una nueva mujer" que luche por su derechos y los lleve a la práctica. Más bien es una joven desideologizada pero que aprovecha los recursos a su alcance (las fortunas paternas incluidas) para vivir con más libertad y sobre todo para divertirse lo más posible. Nuestra Bundle es todo un símbolo de una época.
Ágatha Christie, "El secreto de Chimneys. El misterio de las siete esferas". Barcelona, Debolsillo, 2004.
Flapper Bundle
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4 de octubre de 2009
Publicado por HLO en 8:49
Etiquetas: Agatha Christie
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2 comentarios:
No está mal la descripción de ese ambientillo de "alta sociedad", tan irónico. Pero "El misterio de las siete esferas" no está tan conseguido; la trama es demasiado inverosímil, casi de aventura juvenil.
Sé que he leído esas novelas, pero no las recuerdo.
Sí que es verdad que esos personajes de jóvenes "simpáticos y moderos" o algo así, tipo Tommy y Tuppence, a veces son un pelín cargantes y más parece estar viviendo una aventura de "Los Cinco" que otra cosa, pero aún así, reconozco el mérito de defender a una mujer independiente, que conduce su Bentley (mira, de eso sí me acuerdo) y no está deseando casarse, ni que el chico de turno le saque las castañas del fuego.
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