No conocía al Zola cuentista (sólo había leido las novelas "Naná", "El dinero", "La taberna", "Germinal" y "El paraíso de las damas", una bella parábola sobre los centros comerciales). En este libro de la editorial El olivo azul leo cuatro relatos del autor naturalista francés (1840-1902) con el tema común de la muerte. Él, que tenía un pánico feroz a la muerte según es fama, realiza una fría disección sobre la muerte en sus más diversos aspectos sociales. No habla de sentimientos: sólo describe, sólo narra con una precisión de escalpelo, con una atípica lucidez de visionario (el retrato de la condesa Mathilde de Verteuil, con su actitud ante la muerte de su esposo entre educada y displicente, es magnífico y escalofriante a la vez). El título nos trae referencias de los "ars moriendi" medievales, los tratados que versan sobre el adecuado modo de abandonar esta vida. Pero el que escribe,claro,querido Émile, habla siempre de la muerte de los otros. De la de madame Guèrard o de madame Rousseau, la pobre tendera tísica, cuyo viudo lamentará sobre todo que la tienda esté cerrada entre semana.
Un auténtico tratado del "inexcusable deber" en la era burguesa.
Émile Zola, "El arte de morir".Córdoba, El Olivo Azul, 2009.
Zola negro
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25 de octubre de 2009
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