John Curran se lo ha "currado" bien: son setenta y tres los cuadernos manuscritos que la autora dejó a su muerte. Los ha editado y transcrito, acompañándolos además con dos relatos también inéditos (uno de ellos, de Poirot, verdaderamente insólito por varias razones y que más tarde comentaré).
Los cuadrenos no son "secretos" en el sentido de que deban permanecer ocultos por razones externas a ellos mismos (porque contengan información maliciosa o lesiva para terceros u otro tipo de información indeseable o que afecte de un modo grave a la obra literaria). Son secretos por su misma naturaleza, porque muestran la laboriosidad de la ejecución literaria: las anotaciones previas, las dudas, las tachaduras. El trabajo escolar que precede al relato perfectamente hecho y consolidado. Es cierto que decepciona ver esa elaboración hasta cierto punto tosca. Los lectores preferimos creer en una inspiración poderosa y lineal, una fuerza sobrehumana que dicta al oído al escritor entusiasmado ("lleno de dioses" decían los antiguos). Hay algo de voyeur y hasta de sacrílego en este fisgoneo. Como si gozásemos con la depilación de la bella mujer que se sienta ante nosotros en una ceremonia algo distante y ajena.
John Curran, "Ágatha Christie. Los cuadernos secretos. Y dos novelas inéditas de Porot". Madrid, Suma de Letras, 2010.
Los cuadernos secretos
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29 de marzo de 2010
Publicado por HLO en 19:37
Etiquetas: Agatha Christie
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