La captura de Cerbero

31 de marzo de 2010



Una de las dos novelas inéditas es realmente extraordinaria. No porque su calidad sea superior sino extraordinaria en el sentido de rara, insólita. Acumula un conjunto de rarezas que merece la pena destacar. En primer lugar, el título. Aunque remite a un conjunto de relatos que llevan como título -más o menos traídos al pelo- otros tantos trabajos de Hércules, la referencia a la mitología clásica ya es una rareza en la escritora británica. Pues no se destaca Ágatha Christie por sus referencias cultas en sus títulos; al contrario, estos remiten a objetos o locuciones de la vida cotidiana, o a sintagmas vagamente descriptivos de la obra en cuestión.
En segundo lugar, porque hay un detalle que no concuerda con la verdadera personalidad de Hercule Poirot: ¡Poirot echa de menos a una mujer! Desea la presencia de una mujer, aunque sólo sea como elemento decorativo. Y, en efecto, la mujer sofisticada que necesita aparece en el momento preciso.
En tercer lugar, la novela es intensamente política. Escrita en 1939, cuando Hitler podía ser todavía un enigma (aunque sólo para algunos pardillos como Chamberlain o Dalí), este personaje histórico cobra protagonismo. Para convertirse, eso sí, en una hermosa ucronía (que no puedo desvelar, so pena de cargarme el relato). La literatura es el reino maravilloso donde caben otros futuros, otros pasados, otros presentes. Hablando de dictadores, recuedo otra estupenda ucronía del escritor Manuel Talens, según la cual, Franco se ahogaba en sus propia mierda. Una delicia. Como en la novela de Poirot, lo que nos hubiera ahorrado...

(En la ilustración, "El enigma de Hitler", de Salvador Dalí, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía).

Ágatha Christie, "La captura de Cerbero", en John Curran, "Ágatha Christie. Los cuadernos secretos. Y dos novelas inéditas de Poirot". Madrid, Suma de Letras, 2010.

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