Ya me he leído mi décimo octavo Brunetti, el que empecé ayer por la noche. No, no estoy enferma ni me he quedado en casa; he dormido, he desayunado (dos veces, como suelo); he cumplido mi jornada laboral (es verdad que acortada por circunstancias excepcionales) y he podido acabar el libro. Que tampoco es ninguna proeza: otros, en horas veinticuatro, pasaban de las musas al teatro...Yo sólo leo, que es una actividad mucho más placentera que la escritura.
Ya me he dejado a Brunetti disfrutando de sus vacaciones en el Alto Adigio, en una granja con vistas al Ortlet -un impresionante pico alpino, de 3.905 m, de altitud). Una vacaciones que ha tenido que interrumpir para atender a la resolución de un asesinato que no se produce sino después de más de ciento treinta páginas de narración...Decididamente Donna Leon hace con el lector lo que quiere, incluso sumergirlo en una novela negra sin asesinato a la vista, en un verano veneciano de calor insoportable y con un costumbrismo un poco flojo al principio, como el del segundo capítulo con el bar donde trabaja Bambola, el senegalés ingeniero hidráulico. A pesar de todo, seguimos la narración dejándonos mecer en las aguas de la laguna pétrea, las calles de esa ciudad inverosímil llamada Venecia.
En la novela, Donna Leon se despacha a gusto contra ese género de embaucadores que no sólo abusan de la buena fe de las personas sino que las exprimen y las explotan hasta llegar a destruirlas. Pero no deja mejor parada la corrupción endémica de las instituciones estatales, uno de sus temas favoritos. No por nada la escritora ha prohibido la traducción de sus obras al italiano (ella escribe en inglés).
Paola sigue tan relamida y los niños, los hijos de Brunetti, tan ligeramente insoportables. O al menos me lo parecen a mí: es que las felices familias miradas desde fuera...Ya lo dijo Tolstoi que las familias felices no tienen historia o no deberían tenerla. La desgracia sí que es rentable narrativamente hablando; de eso sabe mucho la novela negra.
Donna Leon, "Cuestión de fe". Barcelona, Seix- Barral, 2010.
Vacaciones de Brunetti
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18 de marzo de 2010
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