Uno de los temas que trata la novela es el racismo y la xenofobia. Dentro de una tónica políticamente correcta (aunque el protagonista no lo sea del todo), el texto narrativo va desvelando los aspectos más negros de una sociedad que se ha considerado siempre de las más abiertas y tolerantes del mundo. ¿Odio al extranjero en la idílica Escania, en ese pacífico sur de pequeñas y prósperas ciudades con nombres de sofá de Ikea? Sí: odio que puede degenerar en el crimen más abyecto. Pero el mal, nos dice Mankell, no depende de tu carné de identidad, de dónde procedas o a qué te dediques.
Entretanto, Wallander tiene sueños eróticos con una mujer negra."Hay un tiempo para vivir y otro para estar muerto", repite el protagonista varias veces a lo largo de la novela. Amar, aunque sólo sea en sueños, también es parte de ese tiempo de la vida.
Henning Mankell, "Asesinos sin rostro". Barcelona, Tusquets, 2009 (1991).
3 comentarios:
Me pasa con Mankell que no lo soporto y ya todo lo que escribe me parece tonto. Será cosa mía, seguro.
Yo tuve una época en que pensaba que no leería ni una línea más (me pensaba hacer la sueca con él). Pero al final he vuelto; cosas de la vida.
Bueno, yo a Mankell no lo conozco, pero lo de que amar es vivir sí que me lo sé.
Besote, compi.
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