Tal vez debamos rendirnos y admitirlo sin renuencias: Ágatha Christie es la maestra indiscutible del suspense, de las tramas perfectas que siempren sorprenden al lector y acogotan al escritor. Y los demás no podremos llegarle jamás ni a la suela de los zapatos. Incluso en este relato relativamente corto (aunque no tanto), "Testigo de cargo", hay materia suficiente como para dejar planchado al lector y algo escamado al escritor. ¿Cómo es posible que vuelva a hacerlo? Hacer bajar las defensas al lector-crítico, que queda de nuevo seducido por la narración en apariencia sencilla pero que esconde toda su potencia dramática bajo esa aparente simplicidad. Incluso los recursos un poco groseros (ese gusto por el engaño y los disfraces rocambolescos) se le disculpan a la autora tras conseguir esa eficacia narrativa tan completa.
En este volumen hay también algunos relatos con referencias al espiritismo; espiritismo que queda burlado por el impenitente espíritu cartesiano de la autora; Ágatha Christie no admite bromas con las explicaciones de sus casos, siempre perfectamente racionales; demasaido para un mundo que no siempre lo es.
Quizá, después de todo, sea la pasión racionalista lo que mejor explique a la autora.
Ágatha Christie, "Testigo de cargo". Barcelona, RBA, 2009.
Pasión racionalista
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9 de marzo de 2010
Publicado por HLO en 15:47
Etiquetas: Agatha Christie
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2 comentarios:
Hola Herminia
Que A.C.no admite bromas en las explicaciones de sus casos, que siempre son racionales tuvo alguna excepcion.
En Diez Negritos Cuando únicamente quedan vivos Vera y
> Philip tras ser asesinado Blore sospechan uno del otro y explican la
> muerte de Blore por “un truco de magia” o “ algún suceso sobrenatural”
> ( según las traducciones). No es una respuesta racional. Tienen que saber que ninguno de los dos es el asesino y que el asesino esta en la casa.
S.S.Van Dine publico en 1928 “Las veinte reglas para el crimen perfecto”, un
> adelanto de las once normas para el crimen perfecto con las que nos
> obsequio años mas tarde Andres Trapiello en su maravillosa novela “Los
> amigos del crimen perfecto”. La regla 14 decia: “El modo en que se cometan los crímenes debe ser racional, tener una explicación”
Para respetar estas reglas se creo el London Detection Club en 1928 con sede en Londres ( del que Ágata llego a ser presidenta) y donde los integrantes se comprometian a respetar las reglas de la novela policiaca jugando limpio con el lector, es decir que el asesino debe ser "logicamente" el responsable de los crimenes de la novela.
Uno ya ha leido mas de tres y cuatro veces todas las novelas de A.C. y puedo decir que licencias como la de Diez Negritos ( tal vez cabia otro final...) son la excepcion.
Me encanta tu blog
Juan Mari
Muchas gracias por tu extensa nota y por tu elogio. La verdad es que no recuerdo ese detalle de "Diez negritos" (creo que fue la primera de la escritora británica que leí; mucho antes de que me diera por hacerlo intensivamente). Tiene gracia ese respeto por la racionalidad más cartesiana en el país de John Locke...y de Jack el Destripador, of course
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